Buero

"Autorretrato" de Buero, con lápices de colores

 Antonio Buero Vallejo es, junto con Valle-Inclán y García Lorca (de los que él se declara deudor) uno de los tres hitos del teatro español en el siglo XX, y el dramaturgo más importante de su segunda mitad. De hecho es, hasta la fecha, el único autor teatral galardonado con el Premio Cervantes, premio más importante de letras en castellano, y el primer dramaturgo en recibir el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1996

Buero nació un 29 de septiembre de 1916 (y habrá de morir otro 29, en abril del 2000) en Guadalajara. Su padre era un militar gaditano al que dice deber mucho, especialmente en cuanto a su vocación artística: fue en la biblioteca de su padre donde entró en contacto con libros de pintura (su primera vocación), pero también de teatro, y con su padre asistía a muchas representaciones teatrales, aunque su vocación en este ámbito será mucho más tardía. Su infancia, que él describe como la de un niño normal, pero "un poco más sensible", transcurrió esencialmente en Guadalajara, excepto dos años que el padre estuvo destinado en Larache, en Marruecos. En Guadalajara estudiará Bachillerato y recibirá ya algún premio en algún certamen literario escolar. En 1934 la familia se traslada a Madrid, y alli el joven empieza a estudiar Bellas Artes, con la convicción de dedicar su vida al dibujo y la pintura, aunque sigue leyendo y asistiendo al teatro. Todavía no milita en ningún partido, pero se muestra afín ideológicamente al marxismo. Cuando estalla la Guerra Civil quiere alistarse, pero su familia le disuade. Su padre será fusilado en diciembre del 36.

"Espera del rancho en El Dueso"
Dibujo de Buero

Al año siguiente, el 37, se alista en un batallón de infantería y realiza actividades militares y culturales vinculadas a la Sanidad en Levante. Cuando finaliza la guerra, pasa por el campo de concentración de Soneja (Castellón). Se le permite volver a Madrid con la condición de presentarse periódicamente ante las autoridades, cosa que nunca cumple. Se involucra en la reconstrucción del Partido Comunista en la clandestinidad, y pronto es identificado, detenido, juzgado y condenado a muerte por motivos ideológicos (aspecto claramente vinculado al argumento de la obra que nosotros leeremos, La Fundación) Ocho meses durará esa condena, que él vivió en la cárcel, como todos los que pasaron por esa situación, sin saber el momento concreto en que la ejecución tendría lugar, experiencia que según él mismo le marcó profundamente, pero que estaba muy satisfecho de haber vivido. Decía también sentirse culpable por haber sobrevivido y "no haberse destruido", como les sucedió a muchos otros que pasaron por tan terrible experiencia. 



Retrato de Miguel Hernández, realizado
por Buero Vallejo en la celda
que ambos compartieron 


A los ocho meses la condena a muerte es conmutada por cadena perpetua (en la práctica, 30 años de cárcel). Pasa por diferentes prisiones, y en una de ellas, la de Conde de Toreno, comparte celda durante nueve meses con Miguel Hernández, con el que tiene largas conversaciones y del que realiza el famosísimo retrato que se convertiría en icónico a partir de los años 70 (y cuyos beneficios quiso que fueran a parar a la familia del poeta). Es también en esta prisión donde ayuda a otros en un intento de fuga, aspecto que también inspiró aspectos del argumento de La Fundación. Pasará también por El Dueso, por Yeserías, por Santa Rita, por Ocaña. En estas cárceles escribe reflexiones, sobre todo acerca de la pintura, y realiza retratos a compañeros, aunque luego confesará que fue en la cárcel donde "perdió la mano" para el dibujo.








Con su madre y su hermana, en 1946
A principios de 1946 le conceden la libertad condicional. Su situación es, obviamente, muy difícil, vital y económicamente. Vuelve a casa de su madre, y realiza algunas ilustraciones para revistas mal pagadas. Su vocación pictórica comienza a decaer al tiempo que surge la literaria. En agosto del 46 escribe su primera obra teatral, "En la ardiente oscuridad", sobre el tema de la ceguera (las taras físicas y psíquicas serán algo recurrente en su obra) y en 1949 gana con Historia de una escalera el premio Lope de Vega que convocaba el ayuntamiento de Madrid y cuyo premio eran 10.000 pesetas (unos 60 euros, pero que en aquella época valían mucho más) y el estreno de la obra, que fue un éxito rotundo y sorprendente. La obra se titulaba originariamente "La escalera", pero  tuvo que cambiarle el título por coincidir con la de otro escritor. En principio se pensaba que la obra estaría en cartel un mes, pero por la buena acogida de la crítica y, sobre todo, del público, se mantuvo mucho más, llegando a suspenderse la tradicional representación del Don Juan Tenorio en noviembre, y de ahí que algunos empezaran a llamar a Buero el "Capitán Centellas", que es el personaje que mata al protagonista en la obra de Zorrilla. Historia de una escalera, con la que el público, acostumbrado a un panorama de teatro de evasión e intrascendente, se identificó de forma extraordinaria, llegó a adaptarse al cine. Todo un hito en aquella España oscura, llena de carencias, miserias y hambre.

Con su futura esposa, ¨Victoria Rodríguez,
y el escritor Gonzalo Torrente Ballester
En los años 50 su actividad teatral crece y se consolida, con títulos como La tejedora de sueños, Madrugada, Irene o el tesoro o su primer drama histórico, Un soñador para un pueblo, en torno a la figura de Esquilache. Comienzan también a representarse sus obras en el extranjero, despegando la proyección internacional de Buero. Pero también en esta década tiene problemas con la censura, que impiden la representación de alguna de sus obras e impone la modificación de otras.

En 1959 se casa con la actriz Victoria Rodríguez, y con ella tendrá dos hijos, Carlos y Enrique. Sus problemas con la censura continúan en los años 60, pero estrena títulos fundamentales como El concierto de San Ovidio , El tragaluz o Las meninas, uno de sus éxitos más importantes. Es ahora cuando tiene lugar su polémica sobre el posibilismo (hacer un teatro posible, que la censura permita estrenar, y por tanto adaptado a sus límites, postura que defendía Buero) y el imposibilismo que defendía Alfonso Sastre, polémica desarrollada a través de artículos en la revista Primer Acto.

Se le propone para el Consejo Superior de Teatro, pero él declina la propuesta, y firma, con otros intelectuales, una carta al Gobierno pidiendo explicaciones sobre la actuación de la policía con unos mineros asturianos, y aunque no hay medidas oficiales explícitas contra ellos, sí hay cierto boicot empresarial que hace, por ejemplo, que La doble historia del doctor Valmy no pueda estrenarse en España hasta 1976 (se estrenará ahora en Londres). La imposibilidad de estrenar le sume en ciertas dificultades económicas, que trata de sortear viajando a Estados Unidos donde imparte conferencias sobre ciertos aspectos de su teatro y del teatro en general. Por fin, en 1967 consigue estrenar El tragaluz, enorme éxito de crítica y público que permanecerá en cartel casi nueve meses. De nuevo, tras ciertos problemas con la censura, consigue estrenar "El sueño de la razón", sobre la figura de Goya, en 1969. En 1971 entra en la Real Academia de la Lengua con un discurso sobre "García Lorca ante el esperpento". en 1974 estrena La Fundación y en el 77, en plena transición, La detonación, sobre la figura de Larra. Sin embargo, con la llegada de la democracia empiezan también ataques al autor, que llegan a concretarse incluso en amenazas de muerte. Su reconocimiento internacional es ya creciente e imparable, y él mismo participa en conferencias y congresos sobre su figura y su obra por todo el mundo.

Con sus dos hijos, Enrique (a la izquierda)
y Carlos (a la derecha) en 1970


En 1986 muere en accidente de tráfico su hijo menor, Enrique, que era actor, un golpe que Buero describía como de los más terribles de su vida. Su reconocimiento como autor imñprescindible, estudiado, comentado y homenajeado, es constante durante los años 90, hasta su muerte en abril del 2000, y continúa desde entonces hasta la actualidad.





Y para comprobarlo no tenéis más que visitar el portal que le dedica la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes,

Buero en 1950


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