En su afán de renovación, de experimentación, de hacer en el arte lo que hasta ahora no se había hecho, los poetas vanguardistas del período de entreguerras fueron mucho más allá de lo que hasta entonces era estrictamente literario, y a la poesía le añadieron el ingrediente visual de jugar con los versos y su disposición . Así nacieron dos tipos de poemas parecidos, pero que no son exactamente lo mismo: los caligramas (inventados por el Cubismo, concretamente por el poeta francés Apollinaire), que son poemas cuyos versos dibujan una imagen relacionada con el contenido, los poemas visuales (muy utilizados por poetas ultraístas y creacionistas, como Vicente Huidobro, Guillermo de la Torre o Juan Larrea), poemas que juegan con la disposición de los versos pero que no tienen por qué representar una imagen (por ejemplo, versos que forman un triángulo, o un cuadrado, o una espiral...)