La Generación del 27, Grupo poético del 27 o "Generación de la Amistad"
Con la etiqueta de Generación del 27 se conoce tradicionalmente a un grupo de escritores (fundamentalmente poetas) que se caracterizaron por comenzar su trayectoria buscando “el arte por el arte”. Deben su nombre a la celebración del tercer centenario de la muerte de Góngora (poeta hasta aquel momento bastante desprestigiado, pero que ya huía de la representación directa de la realidad a través del lenguaje, y trataba de crear en el poema una realidad nueva, distinta, autónoma, casi –salvando las distancias, “el primer vanguardista”). Durante todo el 1927 homenajearon su figura públicamente (y así se dieron a conocer) a través de múltiples actividades culturales: ofrendas florales, conferencias, recitales, etc.
Este grupo de poetas estuvieron unidos entre ellos (y con otros artistas vinculados a las Vanguardias), por compartir inquietudes culturales y literarias, pero también por lazos de amistad (algún crítico ha prpuesto para ellos el nombre de “Generación de la Amistad”), por unas relaciones personales que comenzaron en la Residencia de Estudiantes de Madrid, dirigida entonces por Juan Ramón Jiménez (al que todos veneraban por su ideal de poesía pura, la profundidad de sus imágenes y su esfuerzo por expresar sensaciones), y que les puso también en contacto con pintores como Dalí o cineastas como Buñuel.
Muy vinculados a ellos estuvieron además un grupo de artistas, pensadoras y escritoras conocidas como “las sin sombrero” (por el gesto público de quitarse el sombrero en señal de rebeldía contra las normas y la libertad de pensamiento que protagonizaron algunas de ellas junto a Lorca y Dali). Su condición de mujeres hizo que sus nombres fueran olvidados por la historia literaria y artística durante décadas. Entre ellas estaban pintoras como Maruja Mallo, Rosario de Velasco o Margarita Manso; filósofas como María Zambrano y escritoras como María Teresa León, Josefina de la Torre o Rosa Chacel.
A diferencia del autodidactismo de la Generación del 98, estos poetas tuvieron una amplia formación literaria.
Muy vinculados a ellos estuvieron además un grupo de artistas, pensadoras y escritoras conocidas como “las sin sombrero” (por el gesto público de quitarse el sombrero en señal de rebeldía contra las normas y la libertad de pensamiento que protagonizaron algunas de ellas junto a Lorca y Dali). Su condición de mujeres hizo que sus nombres fueran olvidados por la historia literaria y artística durante décadas. Entre ellas estaban pintoras como Maruja Mallo, Rosario de Velasco o Margarita Manso; filósofas como María Zambrano y escritoras como María Teresa León, Josefina de la Torre o Rosa Chacel.
A diferencia del autodidactismo de la Generación del 98, estos poetas tuvieron una amplia formación literaria.
Primera foto conjunta de los poetas de la Generación del 27 en un acto de homenaje a Góngora en el Ateneo de Sevilla en 1927 |
Aunque se trata de muchos escritores con obras muy distintas, sí existen algunas características similares. La obra de estos poetas sufrió, a pesar de su disparidad, una evolución conjunta desde la Vanguardia hacia una peosía más comprometida a partir de 1930, y sobre todo, tras la Guerra civil, que truncó sus vidas y sus obras (para algunos supuso la muerte, para otros el exilio, para otros permanecer en España sometidos a la cerrazón y la censura del franquismo).
En general, su obra es una síntesis sde elementos contrarios, y sus principales características son:
1.- Afán de renovación del lenguaje literario y de experimentación.
2.- Síntesis de tradición y vanguardia:
- Elementos tomados de la tradición:
- De la tradición culta toman formas métricas como el soneto, recursos estilísticos, la influencia de la lírica de Cancionero medieval, la poesía del Siglo de Oro, poetas como Góngora o Bécqeur.
- De la tradición popular hay muchos poetas que toman muchos elementos, dando lugar a una tendencia conocida como Neopopularismo en la que se inscriben poetas como Lorca, Alberti o algunos poemas de Gerardo Diego:
- Poesía popular: uso de estribillos, repeticiones, anáforas, paralelismos, la forma métrica del romance.
- Imitación del estilo de las canciones infantiles Iej. Creaciones léxicas, tono, personajes…)
- Elementos temáticos del folklore y la cultura populares: personajes, ambientaciones, costumbres, motivos (toreros, flamenco, guitarra, el mar, las labores del campo. Los jinetes, el mundo gitano, la música…)
- Léxico: palabras populares (regionalismos, coloquialismos, diminutivos, frases hechas….)
- Elementos tomados de las vanguardias:
- Afán de experimentación.
- Ludismo: creación poética como juego, a veces absurdo, sin pretensión de trascendencia.
- Huida de la realidad, sobre todo a través del Surrealismo: presencia de lo ilógico, lo irracional, lo intuitivo (ej. Asociaciones intuitivas de ideas), los sueño.
- Canto a los adelantos técnicos, temas “poco poéticos” (influencia del Futurismo).
- Búsqueda de lo radicamente nuevo, creación de una realidad distinta y autónoma en el poema.
- Recursos como metáforas sorprendentes, símbolos y sinestesias (a veces irracionales).
- VIsión de la realidad a partir de la propia experiencia interior.
- Métrica: también en este aspecto conjugan la experimentación propia de las vanguardias (ej. Uso del verso libre) con el uso de estrofas tradicionales, tanto cultas (sonetos, liras, décimas) como populares (romances, rima asonante, estribillos)
4. Mezcla de lo culto y lo popular, lo sublime y lo cotidiano.
5.-Mezcla de lo universal (vida, muerte, amor, destino, libertad, opresión) con lo local, lo típico de un lugar, lo nacional (lo andaluz, lo castellano, lo gitano…)
6.- Mezcla de cosmopolitismo (gusto por lo extranjero, lo propio de otros países) y localismo.
7.- Actitud minoritaria (elitismo) y popularismo.
Entre los poetas de esta generación podemos encontrar a Federico García Lorca, Rafael Alberti, Pedro Salinas, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre (todo un Premio Nobel), Dámaso Alonso, Gerardo Diego.
Miguel Hernández se considera un epígono de la Generación del 27, yaque aunque era mucho menor en edad que el resto, su obra presenta muchas de sus características (conjuga tradición y vanguarida, lo culto y lo popular, evoluciona desde una poesía más formalista a un compromiso social y político, sobre todo a partir de la Guerra Civil, etc.
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