Recursos cotidianos: las hipérboles (o exageraciones)
Para ir empezando poco a poco (que sí, que volver de vacaciones a veces cuesta), vamos a ir adentrándonos un poco más en el apasionante mundo de los recursos estilísticos, porque son algo que necesitaremos tener presente en más de una ocasión. De hecho, ya nos rodean, por todas partes, sin que nos demos demasiada cuenta... a menos que nos paremos a pensar, que es lo que haremos nosotros.
Empezamos por uno de los recursos más evidentes: la hipérbole o exageración, que consiste precisamente en eso, en exagerar las cualidades de algo o de alguien. Se trata de un recurso empleadísimo en la lengua habitual (¿quién no ha dicho alguna vez aquello de "tengo tanta hambre que me comería un caballo", o "estoy muerta de cansancio", o "te he dicho cincuenta millones de veces que eso no me gusta". "me duelen hasta las pestañas", "se bebió hasta el agua de los floreros", "se sube por las paredes",...) Exageramos (es decir, usamos hipérboles o nos ponemos hiperbólicos) para destacar aquello que necesitamos o queremos expresar (¿se te ocurre algún otro ejemplo de exageración cotidiana? ¡cuéntanoslo en un comentario!).
En este recurso tan expresivo se basan unos chistes conocidos como "tantanes"; esos que consiguen arrancarnos la risa (o la sonrisa) exagerando una cualidad... Ya sabéis... "era un hombre tan alto, tan alto, tan alto que..." Pinchando aquí podéis leer algunos muy populares. Seguro que tú conoces alguno más. También nos lo puedes contar si quieres.
Pero en la hipérbole se basta tambiénn algo tan común como las caricaturas, retratos en los que, generalmente con un toque humorístico, se exageran determinados rasgos del retratado. Aquí tienes algunos ejemplos:
También se pueden hacer caricaturas con palabras, que por supuesto, se basan en e luso de la hipérbole. El ejemplo más conocido, la caricatura de un narigudo que hizo allá por el siglo XVII uno de los grandes genios de nuestra literatura, Franciso de Quevedo, que además, caricaturizó infinidad de personajes, desde calvos, ancianas, mujeres altas, delgadas, feas o pequeñas, hasta su también famosísmo Dómine Cabra que aparece en una novela, El Buscón, llena de hipérboles ingeniosísimas que exageran la miseria y la tacañería. Todo un maestro de la hipérbole, Quevedo, todavía sin superar (es que está muy difícil).
Y también es un recurso común en publicidad (que por algo quiere llamar nuestra atención, y pocas cosas tan llamativas como una exageración). La imagen de arriba, por ejemplo, es un anuncio de la marca de ropa deportiva Adidas. Aquí tenéis algunos ejemplos más:
Hipérbole, recurso retórico en el discurso publicitario. from Rethorika
Y hasta hay un blog dedicado al tema de la hipérbole en publicidad. Si te apetece curiosear, pincha aquí.
Por supuesto, si se te ocurre (o te apetece buscar) algún otro ejemplo de hipérbole cotidiana, tienes los comentarios de esta entrada para ello. Que sí, tendrá su nota...
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Por supuesto, si se te ocurre (o te apetece buscar) algún otro ejemplo de hipérbole cotidiana, tienes los comentarios de esta entrada para ello. Que sí, tendrá su nota...
Comentarios
Miriam Tajada 1F.
- "eres más pesada que una vaca en brazos"
- "Tengo tanta sed que daría todo del mundo por un vaso de agua fría.
CHISTES.
- Era un hombre tan alto, tan alto, tan alto, que tenía la cabeza llena de pájaros.
- Era un verano tan seco, tan seco, tan seco, que las vacas dieron leche en polvo.
- Era un abuelo tan viejo, tan viejo, tan viejo, que de niño no montaba en los caballitos sino en los dinosaurios.