Idealismo y realismo, realismo e idealismo: la obra de Cervantes

Miguel de Cervantes cultivó todos los géneros de su época: poesía, teatro y narrativa, aunque la amplitud de su producción quedó eclipsada por la trascendencia de una única obra en la que está también sintetizado ese panorama literario. Se trata, evidentetemente, del Quijote. Pero el resto de sus escritos merecen también una mención, porque muchos forman parte de esos clásicos  que pueden ser leídos y disfrutados por lectores de cualquier clase y cualquier lugar.


Su obra poética está compuesta por poemas (tanto en formas italianizantes, como el soneto, como tradicionales castellanas, como el romance) que en gran medida aparecen intercalados en sus obras narrrativas, y por un largo poema en tercetos, Viaje al Parnaso, en que hace crítica literaria, realizando un  repaso valorativo de obras y escritores de su época.

También cultivó el teatro. Él mismo cuenta que ya de joven "se le iban los ojos detrás de la farándula". Comenzaba por entonces la actividad teatral en España, a través de compañías teatrales que primero alquilaban los patios traseros de las casas, llamados Corrales, y que luego ya dispusieron de "corrales" de comedias (terminó llamándose así a los teatros construidos específicamente como tales) en los que los autores experimentaban para dar con la fórmula teatral que pudiera contentar al público variopinto que se congregaba en ellos semanalmente para asistir a la representación. Y Cervantes lo intentó, con obras que respetaban las normas clásicas, y aunque tuvieron su éxito, se vieron pronto relegadas en el interés del público, y en consecuencia, también de las compañías, en favor de las más rompedoras escritas por su principal rival literario, que debe a D. Miguel uno de sus apodos más conocidos, el de Fénix de los Ingenios. Ese rival era Lope de Vega, y en parte por eso publicó algunas de sus piezas teatrales Cervantes con el título de Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados, consciente y contrariado por su "fracaso" como escritor teatral. Y sin embargo, los entremeses cervantinos han sobrevivido al paso de los siglos y siguen editándose , representándose e influyendo prácticamente hasta la actualidad.

Pero donde Cervantes se convierte en un maestro sin rival es en el arte de contar historias. El conjunto de su obra narrativa es una síntesis y compendio de todos los subgéneros cultivados a lo largo del XVI, y que agrupamos en dos tipos de relatos: los idealistas (novelas pastoriles, bizantinas, moriscas y de caballerías) y los realistas (iniciados por el Lazarillo e imitado por las novelas picarescas). Cervantes cultivó ambos tipos de relatos, y los fundió incluso en uno solo en el Quijote, y al contrario de lo que se pudiera esperar, en él no se produce una evolución desde el idealismo al realismo: su primera obra es una novela pastoril, la Galatea, que él define como una "égloga en prosa", y su última obra, que no fue publicada hasta después de su muerte y cuyo prólogo escribió poco antes de morir fue una novela bizantina, Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia setentrional, que fue además su obra más ambiciosa y la que él pensaba que sería la que le proporcinariía un lugar en la historia de nuestras letras. 

Otra de las cimas de la narrativa cervantina son las Novelas ejemplares, un conjunto de narraciones cuyo título alude al significado que tiene "novella" en italiano: el de novela breve o cuento largo (distinto al significado actual de novela en castellano) y que Cervantes calificó de "ejemplares" no en el sentido moral sino literario, porque era consciente de ser el primero en cultivar este género en castellano y pensaba que, por tanto, podían servir de "ejemplo" para cualquier escritor que quisiera cultivarlo en el futuro. Son una deliciosa colección de historias, algunas más idealistas (El amante liberal, La ilustre fregona, La española inglesa o La Gitanilla, por ejemplo), algunas más realistas (El Coloquio de los perros, El celoso extremeño, El casamiento engañoso, Rinconete y Cortadillo -historia de dos pilluelos involucrados en una especie de cofradía de ladrones o "sindicato del crimen" sevillano, que muchos incluyen entre los hitos de picaresca-, El licenciado vidriera -protagonizada por un loco cuerdo con muchas similitudes con el Quijote- )- Pero eso sí: todas se sitúan  con todo merecimiento entre los grandes clásicos de la literatura en castellano.

Y también escribió Cervantes una novela de  caballerías, aunque con el propósito claro y concreto de acabar con ellas, porque el género, tras un siglo de exitoso cultivo, había ido degenerando hasta la inverosimilitud extrema, disparatada y sin sentido, a su juicio. Así que lo que hizo Cervantes fue situar su novela de caballerías en la España de finales del XVI, mostrando que esto solo era posible a través de la locura  y la parodia. Y le  salió sin querer el Quijote. La obra literaria por excelencia, leída, comentada, admirada, adaptada y disfrutada desde entonces hasta hoy... y lo que le queda. 

Pero de eso hablaremos enseguida enseguida en otra entrada.

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