Las palabras por dentro: los monemas
La lengua es un sistema de comunicación extraordinario, porque con un número relativamente pequeño de unidades (en castellano, nuestros 24 fonemas, representados de forma imperfecta en la escritura por 27 letras o grafías) podemos emitir una cantidad infinita de mensajes. Y no sólo eso: podemos crear mensajes nuevos, nunca oídos, originales, deslumbrantes e incluso inventar realidades nuevas... basta inventar una palabra que las nombre.
La clave para esto es que la lengua combina constantemente estas unidades menores en unidades sucesivamente mayores, que se pueden reutilizar constantemente. Es decir, combinamos fonemas para crear monemas, monemas para crear palabras, palabras para crear sintagamas, sintagmas para crear oraciones y oraciones para crear textos. De todas estas unidades, aquella con la que el usuario alfabetizado (es decir, que sabe leer y escribir) está más familiarizado es, precisamente, la más difícil de definir: la palabra.
Pues de cómo se forman las palabras en castellano vamos a ocuparnos ahora. Y en ese punto nos encontramos con los monemas: la unidad más pequeña de la lengua con significado (por debajo de ella están solo los fonemas, que ya no lo tienen). Y lo básico acerca de qué tipos de monemas hay, cómo se combinan para formar palabras, y algunas claves para dividir palabras en monemas, lo tenéis en esta presentación:
Os dejo además un par de cuadros / esquemas por si os los queréis imprimir. Seguramente os serán útiles.
- El primero, precisamente, de las clases de monemas.
- Y el segundo, sobre las clases de palabras por su estructura morfológica ( o por su formación, que es lo mismo;):
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