Delibes

 Nació en Valladolid en 1920, donde vivió casi toda su vida y donde morirá en 2010. Tercero de ocho hermanos, estudió en varios colegios religiosos y desde niño manifestó aptitud por el dibujo, realizando con destreza caricaturas de sus profesores. Él mismo confesó una profunda y prematura obsesión por la muerte, que le llevará a enrolarse en la marina durante la Guerra Civil, ya que la lucha cuerpo a cuerpo le aterraba. Termina el Bachillerato en 1936 y comienza sus estudios de Comercio y posteriormente de Derecho. 

En 1941 ingresa como caricaturista en el periódico “El Norte de Castilla”, pasando luego a escribir crónicas culturales y deportivas. Llegará a ser subdirector y director de este periódico durante los años 60, colaborando con jóvenes periodistas que llegarían a ser insignes, como Francisco Umbral o Manu Leguineche. Como periodista, mantuvo una orientación liberal y crítica, con reivindicaciones sociales en la línea de las doctrinas renovadoras del Concilio Vaticano II (era muy creyente), lo que le causó problemas con el poder político que llevaron a su salida del periódico. Compaginó su labor de periodista con la de catedrático en la Escuela de Comercio y su quehacer literario.

Una de sus grandes pasiones con reflejo literario fue la caza, que le inspiró novelas y cuentos inolvidables y le proporcionó amplios conocimientos de zoología y del paisaje, así como la convicción de la necesidad de preservar la naturaleza e impedir su destrucción por el progreso mal entendido. También fue muy aficionado a los viajes: viajó por América y Europa en diferentes ocasiones, y sobre estos viajes escribió maravillosas crónicas en los que se manifiesta su capacidad de observación. Siempre se mostró devoto de Castilla, hablando con admiración de su ciudad, Valladolid, aunque siempre lamentó que su población creciera a costa de la despoblación de la provincia, y que la industrialización le hiciera perder su antigua fisonomía de ciudad tranquila. Consciente de la despoblación de las zonas rurales castellanas y su pobreza, defendió la necesidad de una reforma agraria aunque se mostró siempre pesimista. En muchas de sus novelas plasmará todos estos aspectos de la realidad castellana.

 En 1973 ingresa en la Real Academia Española. En 1974 fallece su esposa, Ángeles de Castro, su “equiibrio”, a quien siempre mostró una infinita gratitud por ser el mejor crítico de  sus novelas, y su muerte será una tragedia en la vida de Delibes que nunca logró superar. 

A partir de los años 80 será cada vez más reconocido y recibirá numerosos premios, entre los que destacan el Premio Nacional de las Letras Españolas en 1992 y el Premio Cervantes en 1993; en 1999 obtiene el Premio Nacional de Narrativa por su novela El Hereje. Asimismo, le es concedida la Medalla de Oro del Trabajo. Falleció el 12 de marzo de 2010, a los 89 años.


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