Cómo narrar las palabras... o "técnicas de representación de las voces"
En la mayoría de las narraciones, entre ellas las literarias, surge la necesidad de narrar lo que los personajes dicen, piensan o sienten, y para ello contamos con varias técnicas, denominadas "técnicas de representación de las voces".
En primer lugar tenemos que distinguir entre diálogos (es decir, la transcripción de la conversación entre varios personajes, o sea, de las palabras que intercambian) y monólogos (la transcripción de lo que un personaje piensa, recuerda, siente, que no tiene por qué decirse en voz alta; es más, lo más frecuente es que no se diga). Para ambos casos, tenemos tres técnicas básicas que os describo a continuación:
- Estilo directo: el narador refleja las palabras del personaje tal y como él las dijo, en 1ª persona. Suele llevar verbo introductor (verbum dicendi: "dijo, pensó, exclamó, respondió,etc.") y un guión o unas comillas señalando las palabras que dice el personaje.
- Ana cortó con Jorge de repente. Él no se lo esperaba, y no pudo evitar pensar: "Esto es horrible... Estoy completamente destrozado... ¡No puedo más! ¿Por qué me ha dejado? No puedo entenderlo... ¡Si yo lo he dado todo por ella! He renunciado a tanto... y todo para terminar solo... No puedo más...".
- Estilo indirecto: el narrador cuenta lo que el personaje dijo o pensó en tercera persona, en pasado, y no tiene que respetar literalmente lo que él personaje dice, ni respetar su forma de hablar . Es decir, el narrador interpreta los pensamientos o palabras del personaje, y nos los cuenta. Suele llevar también un verbo introductor (verbum dicendi)
- Ana cortó con Jorge de repente. Él no se lo esperaba. Aquello le parecía horrible, se sentía destrozado y sin fuerzas. Se preguntaba por qué le había dejado y no podía entenderlo. Lamentaba haber dado todo por ella y haber renunciado a tantas cosas, y sentía que no podía soportar tanto dolor.
- Estilo indirecto libre: el narrador cuenta lo que el personaje dijo o sintió, en 3ª persona, sin verbo introductor (verbum dicendi), pero manteniendo sus palabras literales, su forma de hablar, las interrogaciones, admiraciones, etc. Es como si el narrador "se contagiara" de las palabras del personaje. Suele emplear el pretérito imperfecto de indicativo (y su correspondiente compuesto, el pluscuamperfecto de indicativo)
Otra pista: si pasamos el estilo indirecto libre a 1ª persona y presente, el resultado es un monólogo. Y viceversa: si transformamos un monólogo en estilo directo a 3ª persona y a pasado, el resultado es estilo indirecto libre: - Ana cortó con Jorge de repente. Él no se lo esperaba . Aquello era horrible. Estaba destrozado... No podía más... ¿Por qué lo había dejado? No podía entenderlo...¡Si él lo había dado todo por ella! Había renunciado a tanto... Y todo para terminar solo... No podía más..,
Para ampliar o completar, tienes un glosario con palabras útiles para la narratología pinchando aquí,
También puedes visitar este enlace teórico con ejercicios pinchando aquí
Os dejo también alguna presentación sobre todo esto:
E incluso tenemos vídeos:
En los siguientes textos se utiliza el estilo indirecto libre. Prueba a reescribirlos empleando el estilo directo y el estilo indirecto.
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En los siguientes textos se utiliza el estilo indirecto libre. Prueba a reescribirlos empleando el estilo directo y el estilo indirecto.
Texto 1
Cierta noche Andrés escuchó un agitarse inusitado en el cuarto debajo del suyo. Algo sucedía. Su atención se adhirió a la voz de su abuela que se quejaba suavemente al comienzo, y que después dio un débil gemido de dolor. Sobrecogido, se sentó al borde de su lecho, con sus pies metidos en las pantuflas. Aguardaba. ¿Y si su abuela muriera? ¿Si muriera allí mismo, ahora, esta noche? Sensibilizados de pronto, sus nervios vibraron a lo largo de todo su cuerpo...¿No sería esa la solución de todo?...Lo invadió una alegría salvaje... Lourdes, Estela ⎯Estela sobre todo⎯ se dispersarían a los cuatro vientos en el momento en que la nonagenaria respirara por última vez... Pero el terror de la nada se abalanzó sobre él...¡Su abuela no debía morir! No debía, porque entonces Estela partiría con su muchacha a comenzar una vida, mientras él se quedaba puliendo y dando vueltas entre sus manos, para admirarlos, su diez hermosos bastones. (José Donoso, Coronación)
Texto 2
Al lado de la noche de donde volvía, la penumbra tibia de la sala le pareció deliciosa... Todo era grato y seguro, sin ese acoso, sin...Pero no quería seguir pensando en la pesadilla... Ya no debía tener tanta fiebre, sentía fresca la cara. Ahora volvía a ganarlo el sueño, a tirarlo despacio hacia abajo. La almohada era tan blanda, y en su garganta afiebrada la frescura del agua mineral. Quizá pudiera descansar de veras, sin las malditas pesadillas. La luz violeta de la lámpara en lo alto se iba apagando poco a poco. (Julio Cortázar, Final de juego).
Texto 3
Mi padre habló largamente, dejando transparentar, poco a poco, algo de emoción. Yo creía que él me odiaba, cuando la verdad era que siempre había querido mi bien, si se había mostrado alguna vez severo había sido a fin de corregir mis defectos y prepararme para mi futuro. Mi rebeldía y mi espíritu de contradicción serían mi ruina. Ese matrimonio había sido ponerme una soga al cuello. Él se había opuesto pensando en mi bien y no, como creía yo, por hacerme daño, porque ¿qué padre no quería a su hijo? Por lo demás, comprendía que me hubiera enamorado, eso no estaba mal, después de todo era un acto de hombría, más terrible hubiera sido, por ejemplo, que me hubiera dado por se maricón. Pero casarme a los diez y ocho años, siendo un mocoso, un estudiante... (Vargas Llosa, La tía Julia y el escribidor)
Texto 4
Se asomó al balcón. Caían unas gotas de lluvia. Tenía mal gusto en la boca, dolor de cabeza.
Ella había dicho que volvería pronto. No iba a esperarla, nada de eso.Bastante tenía con soportarle sus estupideces.
Texto 5
Dejó caer la mano de su mujer. Pensó que el matrimonio había terminado. Lo pensó con tristeza, con alivio. Era libre. Él, Séptimo, era libre, ya que su mujer había tirado el anillo de bodas...
⎯ ¿Por qué? -preguntó.
Pero ella no lo oía. Era libre, sí, ahora, sí. Una de las niñas lo estaba mirando atentamente.
Texto 6
Parecía una letanía, agobiadora y lenta como las noches de vino, despaciosa y cargante, como las andaduras de los asnos .Y así un día, y otro día, y una semana y otra...¡Aquello era horrible, era un castigo de los cielos,a buen seguro, una maldición de Dios!...
Y yo me contenía.
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Un saludo.
Gracias