"Bodas de sangre": algunas claves


Una tarde de julio de 1928. en los campos de Níjar, Francisca Cañadas, una joven de veinte años,  debía casarse con Casimiro, el cuñado de su hermana, en un matrimonio por conveniencia, ya que su familia no quería que su dote cayera en manos de cualquiera. Pero el novio, la familia y los invitados se impacientaron al ver que la novia no aparecía. Se había fugado poco antes  con el hombre del que  estaba en realidad profundamente enamorada: su primo hermano, Francisco Montes. En su huida la pareja se encontró con otra: la formada por el hermano del novio y la hermana de la novia. El hermano,  movido por el rencor hacia la afrenta al honor que esto suponía, mató de varios tiros a Francisco, y la hermana de Francisca intentó estrangularla para dejarla finalmente tirada con vida en el camino. El suceso fue publicado en los periódicos, y pronto pasó a conocerse como "el crimen de Níjar" (tenéis más detalles del suceso real aquí o aquí)



Y fue precisamente a través de los periódicos como Lorca conoció esta historia, que le impresionó profundamente y en la que desde el primer momento vio "un drama difícil de inventar", según sus propias palabras. Estuvo mucho tiempo dándole vueltas (él pasaba mucho tiempo ideando sus obras, que luego escribía rápidamente y del tirón) hasta que en el verano de 1932 se decidió a escribir la que sería la primera de su trilogía de dramas rurales, que en los años posteriores se completaría con Yerma y La Casa de Bernarda Alba. Esta primera obra se tituló Bodas de sangre, y se estrenaría a principios de 1933.

Pero Loca no siguió los hechos  que con realismo, sino que a los hechos reales, que modificó en sus detalles, les añadió mucha fabulación y mucha poesía hasta convertirlos en míticos, situándolos en un espacio con aire irreal y simbólico, y añadiendo personajes fantásticos como la Luna.

Así, la obra tiene muchos elementos de la tragedia clásica griega y romana:
  • El destino fatal: como en la tragedia clásica grecorromana, la fatalidad aparece como una fuerza que domina a unos personajes que se creen libres, pero en realidad no lo son y están avocados a un final trágico inevitable.
  • Este final trágico inevitable se anuncia desde el principio y de forma constante a través de presagios y premoniciones:  por ejemplo, los avisos de la Madre sobre el poder mortal de los cuchillos, o la nana que la Mujer de Leonardo y la Suegra cantan para dormir al bebé,
  • El destino trágico no aparece simplemente como una fuerza abstracta, sino que toma cuerpo y vida en los personajes de la Luna y la Mendiga que aparecen en el Acto III., que deciden la muerte del Novio y de Leonardo.
  • En muchas tragedias clásicas aparece un coro, un personaje colectivo que comenta los hechos desde una perspectiva moral y suplican clemencia por los personajes a los dioses. En Bodas de sangre este papel lo realizan los Leñadores del Acto III.
La obra ofrece un reflejo muy fiel de muchos aspectos de la sociedad rural andaluza, caracterizada por su apego a la tierra (los personajes son campesinos que viven pendientes de sus tierras, y por ejemplo, este es uno de los motivos de la boda entre el Novio y la Novia).

En este mundo rural tradicional mandan los hombres, uno de cuyos deberes inexcusables es defender su honor y el de su familia, para lo cual es incluso legítimo el uso de la violencia. Además, las mujeres se quedan en casa (y por eso la Madre desea tener nietas), mientras los hombres salen al campo armados con navajas, corriendo el riesgo de morir en una reyerta. Las mujeres son educadas para casarse, entregarse completamente a su vida familiar y su marido, e incluso aislarse socialmente. (la Madre se jacta de haber tenido un solo amor en su vida: el hombre del que enviudó).  

Los cuatro personajes que al principio de la obra acatan estas normas sociales  (e incluso las alaban) aparecen sin nombre propio: el Padre, la Madre, el Novio, la Novia, como representantes de la forma de pensar de la mayor parte de la sociedad andaluza de la época, caracterizados así por su rol social y no su personalidad individual.

Sin embargo, la educación del Novio y la Novia es peculiar, y hasta cierto punto, "invertida" con respecto a sus sexos: el Novio ha sido educado por su Madre, la Novia por su Padre (al ser huérfanos de padre y madre respectivamente). El Novio llega al matrimonio sin ningún tipo de experiencia sexual (lo que era propio de las mujeres de la época) ni amorosa, por lo que la Madre ha de aconsejarle que sea cariñoso pero con algo de rudeza que deje clara su autoridad frente a su mujer. Sin embargo, la Novia ya ha tenido cierta experiencia amorosa con "un tal Leonardo", y muchas veces se alude a que muestra algunos rasgos viriles, como la fuerza física, y esto influye en que finalmente sea capaz de rebelarse contra las normas sociales para seguir sus deseos. La Novia encontrará a Leonardo mucho más viril que a su Novio, criado por una madre que hubiera deseado que fuese mujer para que no la abandonara nunca. Por tanto, esa educación impropia de sus respectivos sexos jugará un papel decisivo en la tragedia.

Pero el tema central, que hace inevitable la tragedia, es el amor que choca con las convenciones sociales. En las relaciones "oficiales" (la de la Novia y el Novio, la de Leonardo y su mujer) no hay amor verdadero, y el amor verdadero tendrá que romper con las normas sociales en contra de las cuales nace. 

El matrimonio concertado entre el Novio y la Novia no presenta en principio ningún impedimento, a pesar de que sobre la joven pesan dos sombras: su madre en realidad no amaba a su padre (lo cual ya es un mal presagio, y una mala "herencia de sangre") y su relación fallida con Leonardo (por tanto, ya no puede acatar la norma de amar a un único hombre), cuya conflictiva familia, además, asesinó en el pasado al padre y el hermano del Novio.

El desencadenante de la tragedia será, precisamente, Leonardo, que es el único individualizado por un nombre propio. Su posición económica es inferior a la de los Novios, no ha logrado enriquecerse como labrador por su falta de disciplina en las tareas del campo y se pasa la mayor parte del tiempo montando a caballo, con una actitud mucho más libre que el resto de los personajes, que viven sometidos a las normas sociales: por ejemplo, a pesar de estar casado, todas las noches cabalga hacia la casa de la Novia. Su instinto y sus pasiones son mucho más poderosas que su razón, y esto le llevará a la tragedia. Además, aunque no queda del todo claro, parece que fue precisamente el motivo económico el que hizo fracasar su pasada relación con la Novia, aunque esa ruptura no ha acabado con la pasión que les unía.

La Novia "quiere querer" al Novio: busca en él un marido tranquilo y convencional, con el que tener hijos y estabilidad. Pero en el fondo no logra olvidar a Leonardo, por el que siente una pasión que no puede controlar (por ejemplo, dice que cada vez que oye la voz de su antiguo amor siente "como si me bebiera una botella de anís y me durmiera en una colcha de rosas. Y me arrastra, y sé que me ahogo, pero voy detrás"). El choque entre su pasión por Leonardo y sus aspiraciones razonables, convenientes y convencionales con el Novio la llevan a un terrible dilema ("¡Ay qué sinrazón! No quiero contigo cama ni cena, y no hay minuto del día que estar contigo no quiera!") que la hace sufrir intensamente.



Finalmente, y justo el día de la boda, vence la pasión: la Novia se fuga con Leonardo manchando la honra del Novio, que sólo se podía limpiar, según el código tradicional del honor, mediante una venganza de sangre. De esta tragedia ambos son culpables: Leonardo, por el asedio constante al que somete a la Novia, y esta, por no haberse mantenido firme y fiel al juramento libremente aceptado que implicaba su matrimonio, y haber sido tan débil.   La familia del Novio obedece a las normas sociales al buscar el derramamiento de sangre, y Lorca culpa también a la fatalidad, al destino que está por encima de la voluntad de los personajes: el Novio aparece predestinado a morir por pertenecer a una "casta de muertos en mitad de la calle" y es la fatalidad la que causa esas pasiones que no controlan: al contrario, sus  pasiones parecen dominarlos a ellos ("Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas").

En este choque entre las pasiones, los deseos individuales y la libertad, por una parte, frente a la autoridad, por la otra, la que triunfa finalmente es la autoridad (como en todas las obras de Lorca): la Novia muere virgen, y, por tanto, no se ha atrevido a llevar su rebeldía hasta sus últimas consecuencias, lo que supone que hasta cierto punto ha aceptado la moral dominante. Esto hace aún más trágicas las muertes provocadas por una pasión que finalmente no ha logrado consumarse. Muchos críticos ven en este desenlace una denuncia de la falta de libertad que sufrían las mujeres de la época, tan oprimidas por el concepto de honra inculcado que ni cuando se rebelaban lograban liberarse de la moral dominante.

En la tragedia terminan castigados los personajes culpables (Leonardo muere, la Novia termina abandonada y sola) pero también el Novio, que es inocente (tal y como ocurría en las tragedias griegas, que buscaban la catarsis, la liberación de las emociones del espectador al ver como incluso los héroes inocentes eran castigados por los dioses y la fatalidad, demostrando  así la necesidad de aceptar incluso el destino más injusto). El que los personajes culpables paguen sus culpas responde al principio de justicia poética (premio para los buenos, castigo para los malos) que aparece en las obras españolas del Siglo de Oro.

Pero como en muchas obras de Lorca, en realidad  la gran vencedora es la muerte, que aparece ya profundamente unida  al amor, la sexualidad y la sangre en la cultura tradicional española en la que se crió el poeta, La muerte en este caso es un final desesperanzado, que lleva a la esterilidad, impidiendo la fecundidad y la renovación. Teniendo en cuenta que estas muertes se producen por la presión de las normas sociales (que llevan a morir a hombres jóvenes y fértiles, y a condenar a las mujeres a la soledad), cabe ver una crítica a esas normas y convencionalismos y una reivindicación de mayor libertad para las mujeres y menor presión sobre los hombres para ejercer la violencia como precio de su honor.

En cuanto a la lengua y el estilo, la obra mezcla verso y prosa, aunque predomina esta última: sólo recurre al verso en momentos especialmente intensos y expresivos. Aquí tenéis uno de esos pasajes en verso, especialmente poéticos e intensos,  este maravilloso diálogo entre los dos  enamorados, que es un  poema de una intensidad incomparable:



Los diálogos en prosa reflejan muchos rasgos de la lengua coloquial, aunque a menudo se incluyen metáforas, repeticiones. comparaciones e hipérboles que le dan mucho lirismo. Son abundantísimas las imágenes relacionadas con la tierra, las flores y la agricultura (de acuerdo con la ambientación campesina de la obra).

Además, muchos elementos de la obra tienen valor simbólico; por ejemplo,:
  • Los colores de los decorados (por ejemplo, amarillo, color del infortunio, en el diálogo entre el Novio y la Madre, rosa para la casa inocente donde están la Mujer de Leonardo, su hijo y la Suegra,, azul frío cuando aparece la luna que trae la muerte).
  • El caballo: desde el primer momento se asocia con la figura del Leonardo, que sobre él cabalga hacia donde vive la novia. En toda la obra de Lorca el caballo simboliza el instinto, el impulso sexual, el afán de libertad (en su poesía  aparecen frecuentemente jinetes que terminan muertos, tal como le ocurre a Leonardo, que morirá, precisamente, por culpa de su pasión).
  • La sangre: símbolo importantísimo ya desde el título, y que adquiere varios valores a lo largo de la obra:
    • La que corre por nuestras venas y se derrama con la muerte violenta.
    • La masculinidad ("hombres de sangre" son los valientes, los fuertes, los que engendran hijos)
    • Símbolo de la virginidad (se derrama cuando la mujer la pierde, y esto lleva a una rito gitano)
    • Linaje al que uno pertenece: ("sangre de mi sangre") a través de la sangre la tradición popular creen que se transmiten las caracteristicas de una familia, y  a veces puede ser buena o mala (la sangre de Leonardo y del Novio aparece asociada a la muerte violenta y los cuchillos).
    • Forma de "limpiar" la honra, obligatoria según las convenciones sociales.
  • La luna y la mendiga, símbolos personificados de la fatalidad y la muerte.
  • Las muchachas que aparecen con las madejas en el cuadro final evocan la figura de las parcas, diosas de la muerte en la mitología clásica que tejían las vidas de los hombres hasta que las cortaban de pronto caprichosamene.
  • Los cuchillos, símbolo de la violencia especialmente vinculada a la masculinidad.
  • Muchos otros elementos: las flores y plantas (clavel, dalia, azahar, rosa, laurel...), el agua, paisajes como el bosque...





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