Ana Alcolea, de cerca
Acabamos de leer "Donde aprenden a volar las gaviotas", de Ana Alcolea, sobre el que ya estáis opinando (muy favorablemente en general, lo cual me alegra mucho). Y no es la primera vez que leéis un libro de esta autora, porque en 1º ESO os proponemos "El medallón perdido" y en 2º "El retrato de Carlota". Así que para leer algún ejemplo de entrevista como género periodístico, nada mejor que hacerlo con una que nos permita conocer mejor a esta escritora zaragozana, sus opiniones y su mundo.
Pero es que además, se da la feliz coincidencia de que el año pasado una exalumna extraordinaria de este mismo instituto, Esther Martín, que cuando estaba estudiando Periodismo se puso en contacto conmigo porque quería hacerle una entrevista a Ana Alcolea. Y dicho y hecho. A esta feliz coincidencia hay que añadirle otra: Esther, que ahora ya es periodista, estuvo también de Erasmus en Noruega, precisamente, el lugar en el que Alcolea ambientó "Donde aprenden a volar...".
Sobre esta obra y muchas otras cosas nos habla la escritora en la entrevista titulada "La peregrinación interior de Ana Alcolea"; podéis leerla completa publicada por Esther en su blog, "Antes de la tormenta", que abrió precisamente cuando yo le daba clase (por aquel entonces, yo proponía a los alumnos como tarea voluntaria que abrieran un blog para publicar sus trabajos, sobre todo los de "Taller de escritura"), lo cual me ha hecho también mucha ilusión. En esa entrada, además de la entrevista completa, podéis ver alguna foto del lugar donde se realizó y escuchar el "Penélope" de Joan Manuel Serrat, que se menciona y se relaciona, precisamente, con la novela que acabáis de leer.
Y es que leyéndo la entrevista, una llega a sentirse casi casi allí, charlando con ellas.
Aquí tenéis una foto espectacular que me mandó Esther de Noruega, donde aprenden a volar las gaviotas y donde hasta el mar se congela:
Y aquí tenéis las cuestiones que deberéis responder a partir de los fragmentos de la entrevista que leeremos en clase. Aunque no la perdáis de vista. Porque algo más haremos con ella.
Y mil gracias, Esther, por compartir tu trabajo con nosotros. ¡Un abrazo!
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