La situación manda: los registros lingüísticos.
Cada situación requiere un tipo de lengua determinado, que el hablante competente debe ser capaz de conocer, seleccionar y emplear (aunque muchas veces nos sale "automáticamente"): no es lo mismo escribir que hablar, no es lo mismo escribir a nuestro chico o chica que al alcalde de nuestro pueblo para pedir algo, no es lo mismo charlas con los amigos que hablar con un juez...
Estas variedades que dependen de la situación comunicativa se llaman variedades diafásicas, registros o estilos, y aquí tenéis la presentación que esquematiza las ideas principales que debéis tener claras sobre todo esto:
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