Benito Perez Galdós, maestro del Realismo español

Benito Pérez Galdós, a los 51 años de edad,por Joaquín Sorolla

Considerado por muchos el mayor novelista español después de Cervantes, y junto con Lope de Vega, el que mejor conectó y reflejó el sentir y el vivir del pueblo llano, Benito Pérez Galdós es el gran representante, por cantidad y calidad de sus obras, del Realismo en lengua castellana.

Nacido en Las Palmas de Gran Canaria, se trasladó a Madrid para estudiar Derecho y allí se convirtió en un enamorado observador y cronista (la ciudad se puede considerar la gran protagonista de muchas de sus novelas). Lector voraz, fue admirador y se vio muy influido por los grandes novelistas realistas europeos (Balzac, Stendhal, Dickens, Dostoievski, Tolstoi…), así como por Miguel de Cervantes. Nunca se casó ni tuvo hijos, pero sí se le conocen numerosas amantes, entre ellas, la escritora gallega Emilia Pardo Bazán (y de esta relación dan cuenta algunas cartas apasionadas)

Ideológicamente fue un liberal progresista, implicado y activo (llegó a ser diputado), cuyas ideas se fueron radicalizando con el paso del tiempo hasta declararse a principios del siglo XX republicano, lo que le supuso muchos y poderosos enemigos que contribuyeron a la tristeza de sus últimos años, en los que perdió la vista, pasó penurias económicas y vio como sus enemigos lograban impedir que le concedieran el Premio Nobel, mientras él se veía relegado como escritor por la irrupción de nuevas tendencias literarias que reaccionaban contra el Realismo.

En su obra cabe diferenciar dos grandes líneas:

  • Los Episodios Nacionales: ambicioso proyecto inacabado de escribir la historia de España durante el siglo XIX, pero novelada. Son cuarenta y seis novelas que recorren la historia de nuestro país desde la Guerra de la Independencia hasta la Revolución del 68 y la restauración Borbónica. Pertenecen por tanto, a la novela histórica, pero están escritas con la voluntad de conocer la historia reciente de España como una forma de comprender y explicar el presente. Además, presentan el mismo afán de rigor que todas las obras realistas, a partir de una exhaustiva documentación y buscando la objetividad.
  • Las novelas españolas contemporáneas: novelas realistas que reflejan diferentes aspectos de la España de su tiempo, especialmente Madrid (aunque hay algunas ambientadas en otras zonas). Entre ellas caben destacar títulos como Gloria, Doña Perfecta, Misericordia, Marianela o Fortunata y Jacinta, novela en la que hace un completo retrato del Madrid de la época al narrar la historia de dos mujeres de diferente clase social (Jacinta, perteneciente a la burguesía media-alta, y Fortunata, espontánea, inculta y apasionada, perteneciente al pueblo llano) unidas por el mismo hombre: Juan Santa Cruz, un joven adinerado y mimado que se casa con la primera pero es amante de la segunda.

En las novelas de Galdós encontramos todos los rasgos de las novelas realistas, ejecutados con maestría y habilidad, sobre todo en el retrato de los personajes, la pintura de ambientes, la técnica de la descripción. la viveza del diálogo (que refleja los diferentes registros y niveles de la lengua según los rasgos del personaje y su situación), y el uso de un narrador omnisciente que emplea también un estilo ágil y vivo, y muchas veces se dirige al lector o lo incluye mediante la primera persona de plural.



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