La novela española de los años 40: "La familia de Pascual Duarte" y "Nada"

 

Escena de la película 'Pascual Duarte' (1976) de Ricardo Franco

La Guerra Civil supuso una experiencia dramática y un corte brutal (político, socioeconómico y cultural) que, por supuesto afectó también a la novela impidiendo su continuidad con la narrativa de preguerra: muchos escritores han muerto (Unamuno, Valle-Inclán) otros están exiliados (Ramón J. Sénder, Max Aub) o viven un exilio interior (Pío Baroja). Además, el contacto con las corrientes renovadoras de la narrativa europea (Kafka, Joyce, Huxley, etc) se pierde.  A ello se suman unas circunstancias políticas (dictadura, falta de libertad), económicas (un país arrasado, miseria, racionamiento) y culturales (la censura, el aislamiento); que impiden la continuidad con las grandes líneas de la novelística de los años 30: la novela de corte social o la novela deshumanizada y de vanguardia, profundamente renovadora. Los escritores toman como maestros a escritores de corte realista como Galdós o Baroja, y, en estos años de desorientación y búsqueda, se cultivan varios tipos de novela, de entre los destacaremos unas cuantas líneas:

  La novela triunfalista, que defiende la nueva situación política, el belicismo que justifica la Guerra Civil y los valores tradicionales (Dios, la Patria, la familia), y que además ofrece una visión maniquea de vencedores y vencidos: Madrid, de corte a checa de Agustin de Foxá, Javier Mariño, de Gonzalo Torrente Ballester, La fiel infantería, de Rafael García Serrano

   La novela realista clásica: novelas en torno a la vida y los valores de la burguesía, a  través de extensos argumentos: Antonio de Zunzunegui: La úlcera, Ignacio Agustí: Mariona Rebul.

   La novela de humor y fantasía, que crea mundos imaginarios donde evadirse de una realidad terrible: El bosque animado de Wenceslao Fernández Flores o La vida nueva de Pedrito Andía de Sánchez Mazas, que evoca el paraíso perdido de la infancia

Pero junto a ellos , aparecen ya en los años 40 dos líneas que tienen en común el tono sombrío y pesimista, reflejo del desolado mundo de la posguerra española, que marcaba y condicionaba la vida de los individuos. Estas líneas serán el tremendismo y la novela existencial.

  Tremendismo: iniciado por Camilo J. Cela en 1942 con La familia de Pascual Duarte, donde muestra un mundo y unos personajes dominados por la violencia y la miseria.

 Novela existencial: novela que recoge los planteamientos del Existencialismo, movimiento filosófico que comenzó en el período de entreguerras con pensadores como Heidegger o Sartre .que influye en el tímido arranque de una renovación en la novela, estancada en los primeros años 40, y cuyos hitos serán Nada, de Carmein Laforet, en 1945, y La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes, en 1947. En ellas estos autores recogen el tema de la angustia existencial y la frustración de las vidas cotidianas.


"La familia de Pascual Duarte", de Camilo José Cela


Camilo José Cela Trulock nació en La Coruña, el 11 de mayo de 1916, y murió en Madrid, el 17 de enero de 2002. Cursó estudios en los Escolapios de Madrid, aunque no llegó a terminarlos, ya que en 1931 fue ingresado en un sanatorio antituberculoso de la sierra del Guadarrama. Aprovechó ese tiempo para leer muchas novelas y escribir Pabellón de reposo. Inició la carrera de medicina, pero la dejó tras la Guerra Civil, cuando se alistó como soldado y comenzó a escribir La familia de Pascual Duarte, que fue su primera gran obra. En los años 50, comenzó a escribir sus memorias. Fue un autor prolífico, destacó como novelista, periodista, ensayista y editor de revistas literarias. Fue académico de la Real Academia Española y resultó galardonado, entre otros, con el Premio Nobel de Literatura en 1989 y el Premio Cervantes en 1995. Por sus méritos literarios, en 1996, el rey Juan Carlos I le otorgó el marquesado de Iria Flavia. Murió en 2002

 La familia de Pascual Duarte narra un argumento sórdido y truculento, lleno de escenas violentas y brutalidad: es la autobiografía que un asesino condenado a muerte elabora desde la cárcel a modo de confesión,  seleccionando de su pasado aquellos aspectos que explican su carácter hosco y vengativo, su comportamiento violento y los asesinatos que llegó a cometer. 

La novela es el relato de la vida de Pascual Duarte, escrito por él mismo desde la cárcel. Pascual Duarte dedica su relato a la memoria de don Jesús González de la Riva, conde de Torremejía, a quien asesinó. Describe su infancia marcada por la pobreza, y el entorno rural en el que uno de sus primeros actos brutales será matar a su perra Chispa. Crece sometido a los malos tratos de sus padres, un portugués y una mujer sucia y alcohólica. Va a la escuela hasta los 12 años. Su hermana menor, Rosario, a los 14 años les roba dinero y se prostituye. Se enamora de Paco, el Estirao, su proxeneta, al que Pascual odia profundamente. Poco después nace Mario, su hermano menor ilegítimo y discapacitado mental, el mismo día que su padre muere patéticamente de rabia. Mario, despreciado por su madre, muere a los 10 años ahogado en una tinaja de aceite. La frialdad de la madre ante la muerte de su hijo despierta en Pascual un odio violento hacia ella..

Pascual inicia una relación amorosa con Lola, en un momento que parece abrir algo de esperanza en este panorama miserable. Ella se queda embarazada, se casan y se van a Mérida de luna de miel. A la vuelta, Pascual hiere a Zacarías, un viejo amigo del bar, en una pelea a navajazos y Lola sufre un aborto porque la yegua en la que Pascual la había obligado a regresar al pueblo la tira al suelo. Cegado por la rabia, Pascual mata al animal a cuchilladas. Un año después Lola queda embarazada de nuevo, pero el pequeño Pascualillo morirá a los once meses.

Pascual huye a la ciudad, primero a Madrid y luego a la Coruña. Planeaba viajar a América, pero el dinero no le llega, así que se entrega a la bebida, el juego, los timos, hasta que al cabo de un año y medio empieza a extrañar a su mujer. Regresa al pueblo y la encuentra embarazada de otro. Ella se niega a abortar, como él le propone. El padre de la criatura es el Estirao, el odiado chulo de su hermana Rosario,  Pascual encuentra a Lola muerta y mata al Estirao, por lo que irá a la cárcel, de la que saldrá a los tres años por buena conducta. Regresa al pueblo y se casa por segunda vez con Esperanza, una amiga de su hermana. La madre de Pascual se entromete en el matrimonio, y Pascual decide matarla cuando esté dormida. En el intento, ella despierta y tras un forcejeo, Pascual la degúella y se escapa.

El transcriptor cierra el libro diciendo que no se sabe nada de los últimos años de Pascual y reproduce dos cartas que testimonian su muerte y que dan dos perspectivas de la misma, una heroica y otra cobarde.

Cela utiliza el recurso del manuscrito encontrado, frecuentísimo en toda la literatura universal: otro narrador, que ha encontrado el manuscrito del protagonista,  actúa como “transcriptor” de esa autobiografía de Pascual, y aporta además otros documentos (cartas, cláusulas de testamento, notas… en los que se informa, por ejemplo, de su ejecución), dejando claro que su intención es mostrar un modelo de conducta a evitar.

El narrador principal es por tanto el protagonista, Pascual Duarte, que desde la prisión decide contar su vida para descargar su conciencia, con su habla rural y bronca, aunque recurre a las comparaciones con la naturaleza o al refranero español cuando no encuentra palabras para expresar lo que siente.  El personaje está marcado por la miseria y la brutalidad en la que se ha criado, por una tensa relación con su madre y por sus carencias sociales, que harán que la violencia sea su único recurso para afrontar los problemas que se la van planteando en la vida (por ejemplo, la muerte de sus hijos), y que le llevarán al abandono de su casa, la infidelidad de su mujer y finalmente, movido por un comportamiento violento instintivo, al asesinato de su madre. La obra se centra en reflejar el determinismo de las circunstancias familiares y sociales del protagonista, que  explican e incluso condicionan su carácter violento y vengativo, así como los actos abominables que en consecuencia llega a realizar.

Aunque aparezca ambientada en una época imprecisa, la novela refleja el pesimismo existencial de los años de primera posguerra, a través del mundo rural de una aldea extremeña cuya brutalidad es consecuencia del anquilosamiento moral de una sociedad primitiva.

La obra se hizo muy popular, y dio lugar a  que se acuñara el término “tremendismo”  para clasificarla, dada su singularidad en el panorama literario de la época, aunque son perceptibles las similitudes con el existencialismo francés de Camus o del neorrealismo italiano, que Cela combina hábilmente con el influjo de obras tradicionales españolas como la picaresca, el naturalismo rural o las novelas de Baroja. Además, muestra una gran  riqueza expresiva y  una enorme habilidad en la descripción de tipos y ambientes.

"Nada" de Carmen Laforet

Nada, primera novela de la barcelonesa  Carmen Laforet (1921-2004) ganó la primera edición del Premio Nadal en 1944, cuando su autora contaba solo con veintitrés años.

Es una novela existencialista que refleja el estancamiento y la pobreza en que se encontraba España en la primera posguerra. Está contada por la protagonista, Andrea, que desde el futuro y la madurez recuerda las experiencias vividas durante un curso de su juventud universitaria en Barcelona, en la casa de sus parientes en la calle Aribau, tras la Guerra Civil, a la que ella, huérfana de padres, llegó llena de sueños y esperanzas que pronto se desvanecieron al chocar con el ambiente cerrado y lleno de conflictos entre los habitantes de la casa, personajes atormentados y llenos de frustraciones. Su abuela (de la que ella tenía un recuerdo idealizado de la infancia), su tía Angustias, su tío Juan y su mujer, Gloria,  su tío Román y Antonia, la criada, comparten un ambiente tenso y cargado, marcado por el hambre, la suciedad, el odio, la violencia, que contrastará con el mundo más abierto y diferente con el que contacta en la universidad a través de su amiga Ena, perteneciente a la burguesía acomodada catalana. La novela refleja así el paso de la joven, ilusionada y entusiasta Andrea, a la madurez desengañada a la que le conduce  toda esa etapa que pasa en Barcelona en ese ambiente viciado.

Narrada a través de las impresiones subjetivas, sensaciones y emociones de su protagonista, recrea una atmósfera asfixiante que llega a envolver al lector: el ambiente opresivo de una casa barcelonesa oscura, cerrada, sucia, maloliente y miserable, en la que los personajes, cuando se les pregunta qué les pasa, suelen responder: “nada”, una nada que llega a “aplastar” también a la joven Andrea (de ahí su carácter existencialista, reflejando el sin sentido y el vacío de unas vidas sin alicientes ni esperanzas). Esta peripecia vital de la protagonista refleja la situación colectiva que vivía el país en la posguerra, marcado por la miseria moral y material, la frustración y el fracaso.

Aunque sean muy diferentes entre sí, ambas novelas (La familia de Pascual Duarte y Nada) reflejan el ambiente opresivo, miserable y sin expectativas de los durísimos años del primera posguerra, así como su efecto demoledor para el individuo: el malestar social se convierte en malestar personal, existencial, condicionando negativamente las vidas de los protagonistas. Y en ambas, además, desaparece el narrador omnisciente típico del realismo tradicional, para optar por el narrador protagonista que nos ofrece su visión personal (e íntima, en el caso de Andrea) de lo que les ocurre.

Os dejo una presentación con algunos fragmentos representativos de estas dos obras, así como el guion del tema, para que no os dejéis fuera nada importante al resumirlo:
 

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