"Miradme aquí", de Gloria Fuertes: comentario

"Soy de ese tipo de persona que -buena nos ha caído- parece que no está haciendo nada, sentada siempre mirando al vacío, pero que dentro de ella se encuentran rascacielos infinitos en construcción. Rascacielos que, pasado un tiempo, asoman, salen a la luz.
Escribo porque no sé hacer otra cosa."


 1.- IDENTIFICACIÓN DEL TEXTO, DEL AUTOR Y CONTEXTUALIZACIÓN

Este poema está incluido en Todo asusta, libro que Gloria Fuertes publicó en Venezuela en 1958, para evitar problemas con la censura (cuatro años antes también había hecho lo mismo con Antología y poemas del suburbio, uno de sus poemarios más decididamente de denuncia social y solidaridad con los desfavorecidos) . Se trata de uno de esos poemas claramente autobiográficos (ella, que era muy consciente de este rasgo de su poesía, se declara “yoísta” y “glorista”), donde el yo lírico expresa muchas circunstancias concretas reflejo de la situación vital de la autora, que se describe a sí misma en un momento dado, intentando casi conversar con el lector, cuya atención parece necesitar captar. La sensación de soledad, la conciencia de singularidad y la falta de atención es una de las constantes de su obra desde sus primeros poemas, que publicó en 1950 bajo el título Isla ignorada, título que evidencia elocuentemente a su propia autopercepción: una persona sola y solitaria que nadie conoce (y tal vez, nadie se molesta en conocer) en realidad, con muchas angustias e incertidumbres frente al mundo y la vida, que se desahoga  través de la poesía.

A Gloria Fuertes, que por edad podría incluirse en la primera generación de los poetas de posguerra, se la ha vinculado con dos de los movimientos poéticos posteriores a la Guerra Civil, pero siempre desde la consciencia de su singularidad, que hace muy difícil la clasificación de su obra o la adscripción sin fisuras a un movimiento concreto. Estos dos movimientos son la Generación o Grupo Poético del 50 y el Postismo (a pesar de que hay quien la ha relacionado también con la poesía social). Es decir, su poesía, enmarcada en la de la Generación del 50, presenta rasgos que señalan la influencia del Postismos sobre ella. 

  • Con los poetas de la Generación del 50 (Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Ángel González...) comparte la temática de denuncia social y moral, pero desde un punto de vista más personal y subjetivo que los poetas netamente sociales de los primeros 50 (a los que por edad, Gloria podría estar más próxima). Como los primeros, practica el intimismo y el autobiografismo, la ironía, el antirretoricismo y la sencillez expresiva, el tono coloquial y conversacional, y la metapoesía (hablar en sus poemas sobre la poesía en general y su propia labor como poeta en particular), rasgos todos ellos presentes en este poema ( en otros poemas muestra también otros rasgos de este grupo poético, como la intertextualidad, es decir, los ecos reconocibles y las alusiones a obras literarias)
  • Con el Postismo (movimiento minoritario y efímero surgido en los años 40 en torno a Carlos Edmundo de Ory, como reacción a un panorama dominado por las denominadas “poesía arraigada” y “poesía desarraigada”, y que pretendía sintetizar y continuar los movimientos de vanguardia de antes de la Guerra, especialmente  el Surrealismo, con el que Gloria estuvo relacionada algunos años, publicando en sus revistas como Postismo o Cerbatana junto a otros escritores como Eduardo Chicharro o Francisco Nieva) comparte el irracionalismo surrealista, el coqueteo con el absurdo, el juego con la sonoridad y las asociaciones intuitivas de ideas y palabras, también frases hechas y expresiones coloquiales deslexicalizadas, y la inclusión esencial del humor como elemento crítico y desmitificador.

Parte de la crítica además utilizó para la obra de Gloria (y otros escritores) la etiqueta de Realismo Mágico, por esa poesía centrada en la realidad pero en la que se incluyen elementos imaginativos, irracionales o absurdos., o sea que, como Gloria, combinan el realismo con la imaginación verbal postista.

Gloria Fuertes fue una prolífica autora de narrativa, teatro y poesía en cuya trayectoria se diferencian dos grandes tendencias paralelas y coexistentes desde el principio: su obra como poeta para adultos y su obra como escritora para niños. Esta última, sobre todo a partir de los años 70 y  80, llegó a eclipsar de manera casi completa (y muy a pesar de la propia Gloria) su faceta de escritora para adultos, que ella jamás abandonó. Curiosamente, sus obras como escritora infantil y sus obras como poeta para adultos comparten algunos rasgos en común, sobre todo expresivos, que configuran ese estilo personalísimo y claramente reconocible: los elementos imaginativos, el humor, la ternura, la atención a lo pequeño y lo cotidiano, la expresión sencilla y rasgos estilísticos concretos como las enumeraciones caóticas, las asociaciones intuitivas de ideas, las paronomasias, las aliteraciones, los juegos de palabras, la deslexicalización de frases hechas, las rimas exageradas rozando el ripio…

Ya dentro de su poesía para adultos se pueden distinguir especialmente dos grandes líneas temáticas: la más directamente autobiográfica e intimista, centrada en ella misma (ella misma se confesaba “yoísta” y “glorista”) y la de reflejo de la realidad social o moral. Este poema, como muchos otros, pertenece al primer grupo: un poema autorreferencial e introspectivo, en el que la poeta hace, más que un autorretrato, una instantánea de ella misma en un momento muy concreto de su vida. En 1958 Gloria ya había publicado algunos libros como poeta y había conseguido por fin dejar su trabajo de oficinista para pasar a ser bibliotecaria en el Instituto Internacional de Madrid, trabajo mucho más gratificante para ella en un lugar donde conoció a la que será su pareja durante muchos años, la hispanista estadounidense Philys Thurmb. Una época feliz de su vida, pero en la que como se refleja en este poema, por dentro siguen bullendo aquellas angustias e inquietudes que la llevan a escribir poesía.

2.-TEMA, ARGUMENTO, ESTRUCTURAS

Este es uno de esos poemas centrados en la expresión de un yo lírico femenino en el es muy reconocible la expresión de la intimidad y las circunstancias de la autora real. Si otros poemas son una autobiografía, un autorretrato o un “flash” autobiográfico, este es como una instantánea, una fotografía, en la que expresa su autopercepción en un momento dado y concreto. De hecho, en algunos detalles podrían ser reconocibles algunos rasgos del momento vital de Gloria en aquella época: su trabajo como bibliotecaria, su soledad habitual (y quizás subrayada por ese trabajo), su necesidad de comunicación y atención, su desconcierto ante el mundo y la vida, su actividad poética.

El poema comienza dirigiéndose en segunda persona a los lectores con una expresión que se repite, “miradme aquí”, que plantea la poesía como un diálogo, como comunicación con un lector cuya presencia es muy importante y cuya atención se reclama. Ese “miradme aquí” quizás suponga un “conocedme” y, tal vez, un “aceptadme”. La poeta nos muestra cómo está, por fuera, en sus circunstancias (“clavada en una silla”, sola) pero también con todo lo que le bulle por dentro, que es lo que expresa el poema.

El poema aparece, por tanto, como una enumeración de frases descriptivas que dan a conocer a la poeta, que se suceden rápidamente produciendo una cierta impresión de enumeración caótica, de ideas que se concatenan como si una sugiriera a la otra y en las que quizás sea complicado percibir una estructura clara, aunque podríamos establecer varias partes: 

  • En los versos 1-6 se presenta ante el lector insistiendo en esa necesidad de atención y contacto (“Miradme aquí”) 
    • El “clavada en una silla” sugiere inacción e inmovilidad, pero también puede ser una alusión a su oficio como bibliotecaria
    • El “escribiendo una carta a las palomas” sugiere una necesidad de comunicación hasta cierto punto imposible (que podría sugerir o explicar su actividad poética, que al fin y al cabo es una comunicación con un receptor indeterminado), idea que se repetirá abajo con la paradoja “echo al correo cartas que no escribo”. 
    • El “que ahora podéis mirarme” puede interpretase como una alusión a que por fin ocupa un puesto del que está orgullosa y contenta (recordemos que antes, Gloria había estado trabajando muchos años como oficinista, que era algo que detestaba), o bien a que ya es una poeta hasta cierto punto conocida y que publica.
    • “Cantando estoy” es la primera posible alusión a su actividad poética, y la paradoja “me acompaño sola” alude a esa soledad que ella intentó siempre, desde niña, paliar con su mundo interior, la poesía, los cuentos, la imaginación (el “canto”, por tanto, es una forma de acompañarse)
  • En los versos  7 al 13 describe su situación vital: 
    • las “clarividencias que la rodean” podrían aludir a los libros de los que está rodeada… pero también a los que, a diferencia de ella, que luego insiste ”no sé nada”, sí saben, si comprenden, sí parecen entender el mundo, y se contraponen a otra imagen irracional, “sapos hurgan en los rincones”, que sugieren algo desagradable, negativo en su vida, tal vez exterior, tal vez interior. 
    • De nuevo, alude a su soledad (“los amigos huyen porque yo no hago ruido”) y a su conciencia de  su singularidad (saben que en mi piel hay un fantasma”) 
    • La paradoja “me alimento de cosas que no como” expresa claramente la importancia vital de los libros, las palabras, la poesía, la literatura, lo espiritual; mientras que “echo al correo cartas que no escribo”, de nuevo, insiste en una comunicación imposible y la hipérbole “dispongo de los siglos venideros”, a la sensación de que todavía tiene por delante mucho tiempo, o que tal vez ese futuro la inquiete o la abrume, y por eso le parecen “siglos”; aunque también podría interpretarse como una alusión a la perdurabilidad de la poesía, de su obra poética.
  • En los versos 14 al 19 describe su actitud frente al mundo, su relación con las cosas:
    •  el amor a la belleza (las rosas) que es “sobrenatural” (y por tanto, algo extraordinario, inexplicable, maravilloso, mágico; aunque en este contexto lo esperable sería que usara el adjetivo “natural”), y el miedo (Es peligroso) que surge de la incertidumbre (“si no se nada”), expresado por dos imágenes relacionadas por el parecido de su sonoridad (mar / amor: aliteración lograda nombrando dos cosas inmensas; el mar además puede tener valores simbólicos: la inmensidad, el mundo, la vida) y por el juego con el doble significado que puede tener “nada” (de nadar o como pronombre indefinido).
    •  En los versos 17-19 vuelve a jugar con el parecido fonético de las palabras (“ojos, hijos, hojas”) para expresar que se siente interrogada, interpelada, inquietada, tal vez inspirada, por lo que le rodea (hombres, madres, árboles: personas y universo)
  • Y finalmente, en los versos 20-23 expresa la consecuencia de todo lo anterior, de esa situación y esa actitud vital, que es la actividad poética, expresada a través de metáforas: “el grito torrencial”,” el trueno”, esos sentimientos tan intensos, se convierten en hilo de voz, su poesía, pequeña y sencilla, “que le cose las carnes”, es decir, la repara, le alivia el sufrimiento de esa perplejidad y desconcierto frente al mundo y la vida (Si no sé nada). Y así, el “si no se nada” exclamativo final actuaría a modo de epifonema, de síntesis del momento vital que intenta comunicar la autora.

Por tanto, en este poema Gloria pide al lector que la mire, que la conozca, que la vea, tal y como ella se percibe: sola, diferente, necesitando siempre comunicarse y llena de incertidumbres y miedos que expresa y alivia a través de su poesía.

 3.- CARACTERÍSTICAS FORMALES       

El poema está formado por veintitrés versos sin ninguna regularidad métrica (predominan los versos  endecasílabos, verso tradicional de nuestra literatura, pero hay también pentasílabos, hexasílabos, heptasílabos, octosilabos). Tampoco hay un esquema de rimas, más allá de alguna asonancia (verso 3-6: palomas, sola) y las rimas casuales derivadas de las repeticiones de palabras al final de verso. Por tanto, estamos ante un poema escrito en verso libre, en el que el ritmo se consigue a través de las repeticiones y todos los recursos basados en la repetición (repeticiones, anáforas, epíforas paralelismos), pero también con aquellos que juegan con la sonoridad, especialmente las paronomasias.

Los recursos basados en la repetición son asi muy importantes: 

  • Se repite el verso 1 y 4  (miradme aquí) para insistir en esa necesidad de comunicación con los lectores (precisamente por la soledad que se expresa en el poema), y se repite la expresión “si no sé nada” , subrayando la incertidumbre de la poeta frente al mundo, a modo de epífora en los versos 16 y 17, y otra vez, en forma exclamativa, en el verso final, que actúa como conclusión que condensa esa incertidumbre que condensa su situación vital (a modo de epifonema). Otra epífora importantísima la encontramos en los versos 21 y 22: hilo de voz”, metáfora de la poesía. El hilo desde siempre ha tenido ese valor metafórico literario (pensemos por ejemplo en hilo como trama, argumento; “texto” viene literalmente de tejer y esta palabra aparece también en otro título temprano de Gloria Fuertes, “Aconsejo beber hilo”, publicado en los años 50 antes del Todo asusta en que se incluye este poema. Además, este "hilo" relacionado con la poesía y la literatura puede deberse a una asociación personal de Gloria, que de niña cosía con hilo los papeles en los que escribía para darles forma de libro.
  • Hay más palabras que se repiten, y por supuesto son muy importantes para el significado del poema: el verbo “escribir” y “cartas” en los versos 3 y 12, para insistir en la necesidad y la imposibilidad de la comunicación, el “peligroso” de los versos 15 y 16, para expresar ese temor e incertidumbre, el “me preguntan” de los versos 17 y 18, 
  • Encontramos también varios paralelismos: en los versos 11 y 12 (cosas que no como, cartas que no escribo), en los versos 15 y 16, subrayando el juego entre los paronomásticos “mar” y “amor”, y el doble sentido de nada , y en los versos 17, 18 y 19, subrayando también el juego con las paranomasia “ojos/hijos/ hojas”.
Muy importantes expresivamente son todas las expresiones metafóricas y los elementos con valor simbólico:

  • Escribiendo una carta a las palomas”, expresa esa necesidad de comunicación imposible, que es el aguijón para la comunicación literaria (las palomas habitualmente son las mensajeras; aquí son las destinatarias del mensaje). 
  • Algunas de estas metáforas y símbolos tienen carácter irracional ("clarividencias me rodean y sapos hurgan en los rincones”, “en mi piel hay un fantasma “), algunas paradójicas (“me acompaño sola”, “me alimento de cosas que no como”, “echo al correo cartas que no escribo”). 
  • La personificación de los árboles, reforzada por el paralelismo que los iguala a madres y hombres, subraya que lo que inquieta a Gloria no son solo las personas, también lo natural, es decir, el mundo.
  • También tienen valores simbólicos las palomas (libertad, tal vez, pero también son, como señalamos, aves mensajeras),  el mar (que sugiere algo así como el mundo, la vida, el universo, peligroso como el amor) y las rosas, símbolo tradicional de la belleza.
  • Especialmente significativas son las metáforas referidas a la poesía, a la literatura, a la actividad poética, que responde a la situación que la poeta describe en el poema (la soledad, la necesidad de comunicación, la incertidumbre frente al mundo): el “cantando estoy” de verso 6 y las imágenes que se suceden enlazadas por el polisíndeton anafórico de los versos 20, 21 y 22, antes del ¡si no sé nada!” final: “el grito es torrencial” (la fuerza emocional , la intensidad de lo que siente es un “grito torrencial”, sinestesia intensificadora), y ese trueno interior (sonido también fuerte) se convierte en hilo de voz,  metáfora lexicalizada, como si la poesía convirtiera en algo más fino y delicado el torrencial emocional que sugieren el grito torrencial y el trueno, aspecto subrayado por esa antítesis, también con algo de paradójico, entre trueno e hilo de voz. Y con ese  hilo de voz (su poesía) la poeta “se cose las carnes”, metáfora que se refiere al alivio, al refugio, al antídoto para el dolor, la soledad y la incertidumbre que supone para ella la poesía, a través de la dilogía (otro recurso muy frecuente en la poesía de Gloria): el juego con el doble significado que puede tener “hilo” (hilo de voz /hilo de coser).

La influencia del Postismo se percibe en estas metáforas y símbolos irracionales, típicos del Surrealismo, pero también en los juegos con las palabras, como el uso de “sobrenatural” en una frase en que lo esperable sería “natural” (la ruptura de frases hechas o expresiones habituales será casi una seña de identidad de toda la poesía de Gloria, tanto la de adultos como la infantil); la paronomasia “mar” “amor”, subrayada por el paralelismo en los versos 15 y 16, y la paronomasia “ojos /hijos/ hojas”, de los versos 17,18 y 19, que hace que las ideas insólitas asociadas aparezcan como relacionadas o traídas simplemente por esa semejanza fonética, en un juego con el azar que era también uno de los recursos vanguardistas continuados por el Postismo (y la poesía de Gloria), que le da cierto tono humorístico, de distanciamiento lúdico de la seriedad y trascendencia de la situación que describe, actitud poética desmitificadora que es también muy característica del movimiento liderado por Carlos Edmundo de Ory.

Por último, hay que señalar la exclamación que destaca el verso final, a modo de epifonema que sintetiza toda la situación que la poeta trata de transmitir a lo largo del poema.

Pero aún así, el poema se caracteriza por la sencillez de la lengua empleada, tanto por el léxico (son todas palabras sencillas y usuales) como por la sintaxis (muy sencilla, caracterizada por las oraciones simple, yuxtapuestas o coordinadas y sin apenas encabalgamientos). Hay muy pocos adjetivos (clavada, sola, venideros, sobrenatural, peligroso y torrencial, esenciales para el significado del poema) y como tiempo verbal predomina ese presente en el que la poeta se describe a sí misma y a su situación, aquí (como dice en el verso 1) y ahora (verso 6), alternando la primera persona para hablar de sí misma,  la tercera para hablar de los otros, el mundo, la vida, que la inquieta, y el imperativo en segunda persona de plural con el que busca la comunicación y la complicidad con los lectores (esa ´búsqueda de comunicación y cercanía con el lector es muy común en toda la poesía de Gloria), dándole un tono conversacional al poema, que se dirige directamente los lectores. 

. Así pues, en este poema, que presenta esa voz personal, singular e inconfundible de Gloria fuertes, sí son reconocibles algunas características propias de la Generación del 50:

  • el intimismo y la subjetividad: la poeta está expresando su propio mundo interior con la voluntad clara y explícita de que el lector la conozca y la comprenda.
  • el autobiografismo y la autorreferencialidad: refleja claramente a la Gloria Fuertes real, en un momento muy concreto y determinado de su vida 
  • la metapoesía: el poema habla de la propia poesía, como desahogo y alivio de la zozobra interior
  • la sencillez, el antirretoricismo, el uso de una lengua sencilla cercana a la coloquial,  y el tono conversacional.

Junto a ellas, encontramos también características del Postismo: las imágenes irracionales (en las que se percibe la influencia del Surrealismo ), los juegos de palabras (paronomasias, dilogías), el uso de palabras en contextos insólitos  y el humor con que se distancia de la intensidad de lo expresado, desmitificándolo. 

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Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Muchas gracias siempre, eres un ejemplo.
Teresa Losada ha dicho que…
Muchas gracias, pero te prometo que lo último que pretendo ser es un ejemplo... Un abrazo.
Anónimo ha dicho que…
Seguro que no lo pretendes pero para mí lo eres: del buen hacer, de la minuciosidad y de la precisión y buena organización de la información (el/los blogs así lo muestran).
Teresa Losada ha dicho que…
¡Muchas gracias!