Trayectoria poética de Federico García Lorca: del Neopopularismo al Surrealismo


La obra de Lorca, estando profundamente enraizada en la época y el lugar en que fue escrita, ha tenido sin embargo una proyección prácticamente universal: es un poeta leído, admirado y adorado desde entonces y hasta la actualidad,  por gentes muy alejadas de la cultura y la lengua en que se gestó, lo cual, teniendo en cuenta las dificultades de la poesía "traducida", es algo difícil y casi mágico. 

Porque a través de elementos profundamente locales (especialmente andaluces, pero no solo) y utilizando los mimbres característicos de su generación, Federico creó una obra que entronca de manera muy profunda ("los centros", según su propia expresión) con eternos universales humanos: la vida. la muerte, el deseo, el ansia de realización y su frustración por los limistes sociales o cósmicos,  en forma de destino trágico, cuya única expresión es la pena, una Pena con mayúsculas que atraviesa su poesía, su teatro... y tal vez su vida y su propia personalidad, latiendo por debajo de esa simpatía desbordante y ese carisma único del que hablan todos los que le conocieron.

Y es que en Lorca encontramos una doble cara: una vitalidad y una simpatía arrolladoras y desbordantes frente a un malestar íntimo, un dolor y una frustración perennes que toman la forma de un destino trágico. Y quizás sea ese destino trágico el hilo que vertebra toda su obra, unifica su poesía y su teatro, y se mantiene a lo largo del tiempo, también trágicamente breve, en que evolucionó.

También es una constante en su obra su atención a los marginados, a los oprimidos, a todos aquellos marcados por ese destino trágico de no encajar en el mundo en viven: los gitanos de su etapa neopopularista, los negros de su Poeta en Nueva York (y las mujeres, sobre todo las mujeres, de su teatro...). Una reivindicación que en muchos momentos adquirió un marcado tono social, expresión de una sensibilidad profunda y solidaria, pero que él siempre quiso mantener al margen de cualquier reivindicación política concreta (y que no se contradice, por supuesto, con su apoyo decidido y activo a la República).

A pesar de que su figura aparece casi siempre asociado a esa imagen folklórica de lo gitano, lo andaluz y el flamenco, ´él hace un uso muy personal de esos materiales, lejos del costumbrismo, el pintoresquismo o el afán costumbrista: él hace un uso lírico, mítico, poético, que convierte a esos elementos de la cultura andaluza en símbolos de realidades profundas y humanas mucho más amplias. De ahí el rechazo (y el disgusto) que mostró siempre con su tipificación, etiquetado y encasillamiento como "poeta gitano"

Lorca combina la inspiración, el "duende", con un rigor técnico y un trabajo esforzado y consciente. Y tal vez ahí radique su magia (porque lo de otros es poesía: lo suyo es magia), en esa alquimia asombrosa entre pasión y perfección, entre lo humano y lo estético, entre el duende y la técnica, que saben mezclar, también en alquimia perfecta, lo culto y lo popular, lo local y lo universal.

Su primer libro de poemas se tituló precisamente así, Libro de poemas, obra temprana de cuando tenía apenas 20 años,  publicado en 1921. En él es perceptible el influjo de Bécquer, el Modernismo, Machado o Juan Ramón Jiménez, pero se percibe ya el hondo malestar que se expresa ahora como nostalgia de la infancia  expresión de una crisis juvenil llena de angustia y contradicciones vitales, y en el que es perceptible ya el gusto por los ritmos y tonos populares, y ese hábito poético de mezclar lo sublime y lo cotidiano (el propio Lorca afirmaría que "hay en esta obra el gusto de mezclar imágenes astronómicas con insectos y hechos vulgares, que son notas primarias de mi carácter poético"

Tras él, llegarían los libros que marcan su etapa neopopularista, gestados los tres primeros al mismo tiempo (entre 1921 y 1924) , pero publicados en momentos diferentes. 
En estos libros utiliza muchos elementos de la cultura, la música y la poesía popular andaluza, tanto temáticos como formales: personajes como los gitanos, los jinetes, las morillas, elementos como los cuchillos, los caballos, el contrabando, la sierra, el flamenco, el cante, las guitarras, palabras y léxico característico (incluidas por ejemplo, las creaciones léxicas juguetonas y las imágenes aparentemente absurdas de las canciones infantiles); el uso de repeticiones y estribillos, típicos de las canciones populares;  sus ritmos sencillos y característicos; el simbolismo evocador de muchos elementos (otra de las constantes de la poesía popular) y su aparente sencillez... Pero de todos estos elementos hace una estilización culta y los mezcla con el uso innovador de la lengua creativa, depurada, libre, sorprendente, intuitiva,  y "desrealizadora" propia de las Vanguardias.
  • En 1927 se publica Canciones,  en el que deslumbran los juegos vanguardistas y la poesía pura en poemas que imitan a las canciones infantiles (por esa nostalgia de la niñez) y que a veces contrastan con un contenido profundamente trágico. (como sus Canciones de Jinete).
  • Escribe también su Poema del Cante Jondo (que no será publicado hasta 1931), escrito a raíz de su colaboración con Manuel de Falla para un concurso del cante jondo en Granada, y en el que aparece ya una Andalucía del llanto, del dolor, del lamento, de la muerte. El dolor del cante andaluz le sirve para expresar su propio dolor, a través de su identificación con lo popular, pero reelaborado de forma culta. 
  • También de esta época es Suites, que no se publicará hasta finales del siglo XX, y que recoge el mismo sentir dolorido con el mismo rigor estético.
  • En 1928 se publica el Romancero gitano, que convierte a esa raza marginada y perseguida en mito representativo de ese destino trágico que atraviesa torda su obra, combinando muchos rasgos del romancero popular tradicional con imágenes intensas y atrevidas de corte vanguardista, para expresar el choque entre las ansiad de vivir y la imposibilidad de hacerlo a través de personajes marcados por la frustración o abocados a la infelicidad y la muerte.
En 1929 viaja a Nueva York, experiencia que se suma al estado depresivo del poeta y provoca un cambio de rumbo en su poesía, que abandona el Neopopularismo anterior y se aproxima ahora a las técnicas del surrealismo. Comienza así su etapa surrealista.

Su estancia en Nueva York comienza en 1929, el año del crack de la bolsa, y le marca profundamente- El contacto con la gran urbe capitalista, materialista y deshumanizada le impresiona vivamente, al comprobar como reduce al ser humano a una pieza más dentro de una maquinaria económica despiadada. Él mismo define su impresión ante esta nueva realidad como "Geometría y angustia", y este es el ánimo que marca su libro Poeta en Nueva York:  una denuncia contra el poder del dinero, el sometimiento del hombre a la máquina, las injusticias sociales, la deshumanización, la falta de horizontes, con especial atención en este caso a otra raza marginada y especialmente oprimida, los negros. Se incorpora así a su obra un marcado acento social (según él mismo manifestó), que se convierte en algún momento en airado grito de protesta que expresa no solo su propio dolor, sino el de millones de personas. Y para expresar todo esto va a utilizar una técnica surrealista, marcada por el versículo amplio y las imágenes visionarias, ilógicas, irrracionales,  apocalípticas, único cauce para expresar un mundo igualmente absurdo, ilógico y sin esperanza. Con esta obra se aparta del tono marcadamente andaluz que tenían sus libros anteriores y alcanza una nueva y diferente cima expresiva..

Os dejo dos versiones en vídeo de dos de sus poemas más representativos: 

La aurora  (una aurora que no es momento de esperanza, sino todo lo contrario):


 Y Grito hacia Roma: desde la modernísima torre de un rascacielos, el Chrysler Building, Lorca grita a la cúpula de la basílica San Pedro en Roma.

A su regreso a España se centrará en su actividad teatral y disminuye notablemente su producción poética, Pero aún así, en estos últimos años cabe mencionar varios títulos.
  • Diván del Tamarit (que no se publicará hasta 1940), libro hermético y misterioso, inspirado en la poesía arábigo andaluza, homenaje a Granada y la tradición oriental con un tono íntimo y apasionado.
  • Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935) elegía por un torero amigo suyo muerto prematuramente en la plaza. en la que vuelve a combinar lo culto y lo popular, y los ecos de la tradición (como las Coplas de Manrique, o el título de Llanto, entroncando con Planto, el nombre que las elegías tenían en la Edad Media) con las  audaces imágenes irracionales, personificaciones y sinestesias de corte vanguardista para componer una de las elegías más impresionantes de nuestras letras.
  • Sus últimos poemas serán los Sonetos del amor oscuro, también publicados a finales del siglo XX, donde utiliza esa forma clásica, asociada desde su origen a loa poesía amorosa, para expresar de manera vívida y profunda la pasión amorosa, de nuevo, con un lenguaje lleno de imágenes novedosas e insólitas de corte vanguardista.
Aquí os dejo algunos poemas representativos de algunas de estas obras, y un esquema de esta evolución poética que hemos descrito:

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