Poesía que enseña: las fábulas de Iriarte y Samaniego
La poesía no es precisamente el género preferido por los Ilustrados, que concebían la literatura como un medio más de transmitir conocimiento, educar y contribuir a cambiar al mundo. Así que no es extraño que, dentro de la poesía, se decantaran por aquella menos sentimental y más de ideas (las sátiras, las odas o las epístolas morales en verso) y, sobre todo, por un género antíquísimo, que ya venía de la Antigüedad Grecorromana y que ya en la Edad Media (otra época casi obsesionadoa con el didactismo) había conocido cierto esplendor: las fábulas, esas pequeñas historias con moraleja, muchas veces protagonizadas por animales, que de paso que nos entretienen, nos sorprenden o hasta nos divierten, nos transmiten una enseñanza o "moraleja". Y que -por algo será- siguen contándose y escuchándose con agrado en la actualidad.
El Siglo de las Luces español contó con dos grandes fabulistas, Tomás de Iriarte y Félix Mª De Samaniego que aprovechando la gracia del verso y si facilidad para ser recordado, escribieron muchas fábulas, algunas -las menos- inventadas; las más,tomadas de esa antiquísima tradición con que contaba ya el género, y reelaboradas. Si os gustan, en la red tenéis muchas (Internet es el medio idóneo para la difusión de poemas), Por ejemplo, aquí podéis leer unas cuantas de Irirarte, y aquí, otras tantas de Samaniego.
Yo os dejo aquí solamente tres pequeñas muestras:
- La primera, una de las fábulas más famosas, la de la lechera, recreada por Samaniego.
- La segunda, la del burro y la flauta, que está en el origen de la expresión "sonar la flauta", escrita por Iriarte.
- Y la tercera, otra vez de Samaniego, nos cuenta una anécdota ocurrida a dos amigos con un oso, que ofrece una valiosa enseñanza sobre la amistad.
Fijaos que estos textos, a pesar de estar escritos en verso, son en realidad muy poco poéticos, y utilizan un estilo, es decir, una lengua, muy prosaica, muy similar a la de los textos en prosa, porque no es la belleza ni la originalidad lo que interesaba a estos escritores, sino resultar claros y sencillos de comprender para transmitir la enseñanza de la forma más eficaz posible, y así lograr el ideal clásico de "enseñar deleitando". Que hay que reconocer que sí, que lo consiguen.
Comentarios
que hermosos tiempos
Pero pocos saben que iriarte y samaniego aparte de ser buenos fabulistas pues no se llevaban bien jejeje
Aunque sus obras literarias reflejaban enseñanzas para los niños, pues ellos nunca lograron caerse bien el uno al otro