Para empezar a leer el Romancero Gitano
Ilustración de Lola Marín para el Romance Sonámbulo |
El Romancero Gitano, publicado en 1928, supuso un hito en la trayectoria poética de Lorca (y de la poesía española), su obra quizás más popular y el culmen de su etapa Neopopularista, en la que llena sus poemas de elementos temáticos y formales de la cultura y la poesía popular andaluza.
Su interés por la cultura gitana se inscribe dentro de la estética neoprimitivista que afectó también a la música y a la pintura (Falla, Albéniz, Granados entre los músicos; Romero de Torres entre los pintores) y al redescubrimiento del Cante Jondo. En poesía se conoce como tendencia Neopopularista, y en ella se incluyen también otros compañeros de la Generación del 27 como Alberti o Gerardo Diego. Ahora bien, Lorca hace un tratamiento muy específico y peculiar de la temática primitivista y gitana, situándola a nivel mítico-poético y vertiendo sobre ella sus preocupaciones existenciales, vitales, universales. Es decir no tiene nada que ver con el costumbrismo o el folklorismo y va más allá que el neopopularismo de sus compañeros de generación.
Lorca escribe un Romancero (que titula conscientemente como "Primer romancero gitano"), es decir, un conjunto de romances, recogiendo una larga tradición de cultivo de estos poemas lírico-narrativos, de origen oral y popular, que arranca de la Edad Media, había continuado con el Romancero Nuevo y culto de Góngora o Lope de Vega, y había sido bastante modificada por algunos escritores románticos y modernistas. Sin embargo, él vuelve en muchos aspectos al Romancero Viejo (aquellos poemas orales que circularon en España desde el siglo XIV, y conocieron su máximo esplendor durante los siglos XV y XVI: eran poemas fundamentalmente narrativos y de temática variada, aunque pronto aparecieron otros líricos), del que utiliza recursos característicos como la libertad y alternancia en el uso de los tiempos verbales, la dramatización (lograda mediante la inserción de rápidos diálogos sin verbo introductor o verbum dicendi), la técnica de entrar directamente en el tema (comienzo in medias res) y los finales abruptos; la escasez descriptiva y el tono épico de algunos poemas (como “Muerte de Antoñito el Camborio” o “Romance de la Guardia Civil española”.)
Lorca quería ser continuador de lo que para él era la revolución de Góngora: la constitución de una realidad poética distinta por completo de lo real (“La naturaleza que salió de las manos de Dios no es la Naturaleza que debe vivir en los poemas”), mediante recursos de desrealización o alejamiento del poema de la realidad referencial: acumulación de metáforas, a veces insólitas y sorprendentes, elusión de la anécdota o la inclusión de elementos mitológicos. Defendió el hermetismo y la dificultad de la poesía de Góngora, y el uso de la mitología como componente esencial de esa dificultad. De hecho, manifestó su pretensión de armonizar lo “mitológico gitano” con la realidad cotidiana y a veces vulgar.
ARGUMENTO DE LOS ROMANCES.
- Los dos primeros son dos mitos, dos mitificaciones de las fuerzas naturales:
- "Romance de luna, luna": la luna como bailarina mortal, que despliega sus artes de seducción para llevarse al niño.
- "Preciosa y el aire": el viento como sátiro lujurioso que persigue a Preciosa, joven gitana, hasta que esta se refugia en casa del "inglés" protegida por guardias civiles.
- En los siguientes la temática es amorosa, pero ligada a la muerte. “Reyerta” y “Romance sonámbulo” se agrupan en ese binomio de muertes violentas por amor.
- “Reyerta” plantea la excepción al protagonismo de la mujer, ya que los que pelean son hombres, pero ha de entenderse que la causa es femenina. En él asistimos a una sangrienta pelea que se salda con la muerte de Juan Antonio El de Montilla. El poeta quiere representar así “esa lucha sorda latente en Andalucía y en toda España de grupos que se atacan sin saber por qué, por causas misteriosas...” Nos vemos metidos de lleno en un universo trágico en que se pone la vida sobre el tablero a cada instante.
- Ese mismo ambiente queda mucho más desrealizado en el célebre “Romance sonámbulo”. La leve trama se diluye en la atmósfera mágica y simbólica, teñida de un irreal color verde. Subyace una anécdota concreta: un contrabandista perseguido por la guardia civil acude desangrándose a casa del padre de su amante para morir decentemente en la cama. Pero eso poco importa frente al cúmulo de sugerencias que emanan del poema, presidido por la imagen onírica de la gitana muerta.
- Los tres romances siguientes (“La monja gitana”, “La casada infiel” y el “Romance de la pena negra”) tienen en común la presencia del sexo y el hecho de ser protagonizados por una mujer. La frustración erótica de la monja gitana y de Soledad Montoya contrastan con la satisfacción de sus apetitos que obtiene la casada infiel.
- “La monja gitana” y “La casada infiel” presentan dos situaciones anómalas, como anómalos y paradójicos son los títulos: la gitana encerrada en el convento, la mujer que falta a su marido. En el primero, el poeta es quien narra; en el segundo, lo hace el protagonista de la aventura erótica. Sentimos la simpatía del narrador por la pobre monja, sólo oímos la complacencia del gitano en su relato. Pero ella ha sido fiel a su instinto, aunque infiel a su condición de casada, que no tuvo inconveniente en ocultar, mientras la monja es la “esposa” fiel de Dios. Queda claro la oposición de situaciones: casada fiel / casada infiel, represión de los instintos /no represión.
- Soledad Montoya corona esta serie de situaciones anómalas en el “Romance de la pena negra”: es la mujer sin hombre, al que seguramente ha perdido. Es el poema más denso de los tres, en el que el sufrimiento de la protagonista se presenta como símbolo de esa “pena de cauce oculto / y madrugada remota” que es la angustia interior de la pasión insatisfecha, pasión simbolizada por el caballo desbocado, cuyo destino es la muerte.
- Los romances de las tres ciudades representadas por los tres arcángeles (Granada por “San Miguel”, “Córdoba” por “San Rafael” y Sevilla por “San Gabriel”) establecen la primera división. Son como un remanso de paz en medio de esa atmósfera tensa. Están situados en el centro del libro, sin duda por su peso específico artístico, y como tránsito a otros más “activos”.
- En "San Miguel", que representa a Granada, se nos describe una romería, contrastando el ambiente de decadencia moral de la "civilización" asistente, con el entorno natural salvaje y fértil.
- En "San Rafael", que representa a Córdoba, se nos describe una escena bastante sórdida que ocurre en el río, cerca del puente (el "pez de piedra"): pederestas se acercan en coche para ver bañarse a los niños.
- En "San Gabriel", que representa a Sevilla, se gitaniza el mito cristiano de la Anunciación: el arcángel San Gabriel acude a comunicarle a la gitana Anunciación de los Reyes que ha concebido un hijo... que nace ya marcado por el destino trágico de tres heridas (las tres heridas de Cristo en la cruz).
Aquí tenéis una explicación de estos tres poemas, con aclaraciones concretas sobre algunas de sus imágenes y referencias que os ayudarán en su lectura.
- A los tres arcángeles siguen tres hombres enfrentados a situaciones límite: el mundo trágico reaparece con toda su intensidad a través de tres figuras masculinas:
- Antoñito el Camborio, víctima de la envidia de los suyos, prototipo de la raza gitana, al que se dedican dos poemas (“Prendimiento” y “Muerte”) en los que se suceden su encarcelamiento por la Guardia Civil y el asesinato a manos de cuatro gitanos).
- La muerte por amor, el amante traicionado (“Muerto de amor”); el romance narra la agonía y muerte de un enamorado, que primero presiente su fin y contempla su entierro, luego dicta su última voluntad y muere en el fragor de la tormenta, tal vez la misma noche que la amada se casa.
- El Amargo, al que se le emplaza a una muerte ineludible, sin otra justificación que dar cumplimiento a los presagios (“Romance del emplazado”). Este último personaje, “centauro de muerte y de odio”, se inspira en un individuo que el poeta conoció a los ocho años y que le impresionó en lo más hondo y aparece en otras obras de Lorca, hombre al que anunciaron la fecha de su muerte y que este esperó, angustiado, hasta que, efectivamente, llegó.
- Estas tres muertes preceden significativamente al triunfo definitivo de la muerte en una escena de masacre colectiva, el “Romance de la Guardia Civil española”. A modo de apoteosis final, ofrece una dimensión épica al enfrentamiento que se ha ido perfilando a lo largo del todo el libro entre la libertad que encarnan los gitanos y el orden establecido que defiende la guardia civil. Último de los romances gitanos, es el más largo, de mayor fuerza y envergadura.
- “Martirio de Santa Olalla” nos muestra una cruel mutilación, anunciada en el “Poema de la Guardia Civil” por la imagen de Rosa de los Camborios, “con sus dos pechos cortados / puestos en una bandeja”. Representa la Andalucía romana.
- En “Burla de don Pedro a caballo” alternan dos series de versos: una trágica, en la que se recrea la muerte de un caballero con claras resonancias de la poesía tradicional, y otra caprichosa y conceptista, que mezcla dentro de una estética de vanguardia imágenes trascendentes y apuntes burlescos. El poema puede recoger una leyenda medieval o representar el cristianismo primitivo.
- “Thamar y Amnón”, un romance bíblico andaluz, en el que asistimos al estallido de la pasión incestuosa precursora de la muerte. Es, sin duda, el de más acusada sensualidad y uno de los que atesora mayor riqueza de símbolos. Representa la Andalucía judaica. La nota gitana está solo apuntada con el coro de vírgenes rodeando a la violada.
Nosotros leeremos estos romances fijándonos sobre todo en los aspectos que serán objeto de pregunta en la EBAU a partir de un fragmento concreto en el que habréis de centraros:
- La imagen del pueblo gitano
- Los personajes protagonistas
- Los temas trágicos
- Los símbolos
- Las técnicas narrativas y el estilo
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